En manos de Mickelson
‘El Zurdo’ lideraba a falta de seis hoyos con 5 de ventaja. Sería el más veterano que gana un ‘major’
Mickelson es comparable a Jordan. Michael nunca se conformó con lo que le hacía dominante. Agregó mejoras continuas y fue devastador en el baloncesto. Phil reinventó su juego, cuida su cuerpo, y golpea más fuerte y rápido para seguir siendo relevante”, asegura Jason Guss, profesor de golf y colaborador de la prestigiosa Golf Digest. El Zurdo, que el 16 de junio cumplirá 51 años, es incombustible. Casi tanto como su homónimo en marmota, el Phil de Punxsutawney, que lleva desde 1887 determinando la duración del invierno, con mayor o menor acierto según se consulte.
“Solo sé que me estoy divirtiendo mucho y estoy muy agradecido por el apoyo de la gente”, decía Mickelson antes de salir al último recorrido de la edición 103ª del PGA Championship, ese que ganó en 2005, y que de repetir le convertiría en el más veterano en imponerse en un major superando a Julius Boros que se llevó el PGA de 1968 con 48 años. Lograría su sexto grande e igualaría a Faldo y Treviño.
Y sería el cuarto jugador (tras Snead, Floyd y Love III) en ganar un torneo en cuatro décadas diferentes y el primero en hacerlo 30 años después del primero.
Mickelson arrancaba líder y 18 hoyos por delante en el durísimo campo de Kiawah Island. Triunfo y tragedia han determinado su carrera, principalmente porque no tiene miedo de lanzar un tiro por arriesgado que parezca, forma parte de su competitividad casi patológica. “Phil es un unicornio. Nunca se apaga o se agota, aún está motivado y su estado de forma es fantástico”, dice Guss. Su otra virtud, la cabeza, la puso a prueba con variada mezcla de bogeys y birdies para llegar líder al cierre de esta edición con 5 golpes de ventaja sobre Koepka y Oosthuizen a falta de 6 hoyos.
Por su parte, Jon Rahm firmó un destacado -4 para derrotar en el total al campo (-1) y con opciones de acabar en top ten.