AS (Aragon)

El sueño cumplido de Pau Torres

Manuel, el abuelo del central, recuerda con AS cómo fueron los primeros días de su nieto en el Villarreal

- JAVI MATA / VILA-REAL

Pau Torres lloró de emoción cuando el Villarreal eliminó al Arsenal y se metió en la final de la Europa League. Esas lágrimas recorriero­n los corazones de todos los habitantes de Vila-real. Pau, el central formado en el pueblo, había tocado el cielo. El sueño de lograr un título con el equipo de su vida estaba más cerca. Pau, con la final de esta noche, hizo feliz a mucha gente, pero sobre todo hubo otra persona que lloró de emoción como él: su abuelo Manuel.

La primera vez que apareció Pau por la Ciudad Deportiva lo hizo de la mano de su abuelo y de su hermano, quien ya jugaba en las categorías inferiores del Villarreal y tenía tres años más que Pau. Manuel, orgulloso como pocos, llevaba cada día a sus nietos a entrenar al lugar más especial, al Villarreal, al equipo de su vida.

El abuelo de los Torres ya había experiment­ado lo que era acompañar a un familiar al campo de fútbol. Manuel, su hijo y tío de Pau, llegó al primer equipo en la década de los 80, cuando el Villarreal militaba en Tercera División.

Pero fueron los hijos de su hija Luisa los que derribaron la puerta, especialme­nte Pau. Mientras su hermano entrenaba, Pau, con apenas cuatro años, se vestía con la equipación del Villarreal, se cogía un balón de casa y se ponía a chutar en solitario, una y otra vez. La insistenci­a de Pau llamó la atención de José Luis Linares, exjugador del Villarreal y coordinado­r del fútbol base. Tras un tiempo, Linares le propuso a la madre de Pau que el niño comenzara a entrenar ya con los chavales un año más mayores. Pau se negó porque su ilusión era jugar con sus amigos de clase. El defensa del Villarreal esperó un curso para incorporar­se a la escuela amarilla. Con seis años, entró por la puerta para empezar a defender al club de su vida.

A partir de ese día, cuando corría 2003, el abuelo Manuel era un fijo en cada entrenamie­nto y en cada partido de sus nietos Jordi y Pau, a los que también llevaba al estadio cada domingo. Lo que nunca pensó Manuel es que uno de sus dos nietos llevaría al equipo de su alma a una final europea y podría disfrutarl­a con 86 años. Jordi no llegó, pero actualment­e está vinculado al Villarreal porque dirige a un equipo de la escuela.

“Pau ya apuntaba maneras desde muy pequeño, aunque tanto como para jugar una final no sabría decir”, asegura Manuel, quien afirma que a su nieto se le veían cosas diferentes a los demás niños. Pau ya destacaba, era diferente, tenía esa tranquilid­ad con la pelota que tiene ahora. Eso me hizo pensar que era muy especial y pensé que podía llegar”, afirma Manuel, el abuelo que vio crecer a Pau cada día en la Ciudad Deportiva.

Transcurri­dos los años, en casa de los Torres se vivirá esta noche la final de una forma muy especial. La pandemia y la edad le impedirán a Manuel estar en Polonia. Será raro porque el día más importante de Pau no podrá estar a su lado ni cogerle la mano como tantas veces hizo cuando le llevaba a los entrenamie­ntos. Manuel se conformará con verlo por la televisión. “Yo ya no estoy para esos viajes. Tengo 86 años y lo veré por la tele con la abuela, los dos juntos en casa, y con la ilusión de poder vivir algo grande. Esperamos que sea una noche histórica”, sentencia Manuel.

Familiar El hermano mayor de Pau y su tío también pasaron por el Villarreal

Elogios “Mi nieto destacaba desde pequeño, era diferente al resto”

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Pau Torres posa para AS con Jordi, su hermano mayor, y Manuel, su abuelo, en el estadio de La Cerámica.

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