El penúltimo enganchón

Verstappen y Hamilton mantienen su batalla dentro y fuera de la pista para tratar de traspasarse la presión

Lewis Hamilton pone deberes a Mercedes, confía en que todos pasen por la fábrica para poder celebrar una reunión que examine todos los errores que cometió el equipo campeón en el pasado GP de Mónaco. A la vista, no fueron capaces de alcanzar la temperatura necesaria con los neumáticos en las vueltas de calentamiento en clasificación. Es un problema relativamente habitual en la parrilla con unos Pirelli que exigen precisión de cirujano que no se reproduce en carrera, pero en Montecarlo puede arruinar un fin de semana y dejar séptimo al heptacampeón.

Hay preocupación en Brackley, Lewis ya no es líder del Mundial (está segundo a cuatro puntos de Verstappen) y Red Bull adelanta a Mercedes por un punto en la clasificación de constructores. El piloto inglés de 36 años se reafirma: “Lo dije desde el principio, tienen un coche ganador y será muy difícil ganarles. Ganamos carreras que no debíamos haber ganado, como Bahréin, pero esto no ha terminado todavía y queda un camino muy largo. No podremos permitirnos otro fin de semana como el de Montecarlo, pero estoy agradecido por acabar la carrera, sumar puntos y hacer la vuelta rápida”.

“La carrera se hace eterna, no es divertido competir porque no hay adelantamientos, aburre hasta cuando eres el líder. Seguro que para Max fue una buena tarde. Yo me alegro de que haya terminado el fin de semana”, advirtió el inglés, quien al llegar al circuito el miércoles sólo hablaba de las maravillas de emular a Senna en el trazado más icónico del calendario. “No señalo a nadie, no es la culpa de nadie, ganamos y perdemos como equipo. Hay una discusión abierta y no es algo personal, sino sobre cosas que hicimos y que pudimos hacer mejor”, señaló.

Por el camino se recrudece la lucha entre Hamilton y el neerlandés, que ya ha quedado claro que no es uno de sus pilotos favoritos en esta parrilla. Si hace pocos días decía que debería evitar las luchas rueda a rueda porque Max “tiene algo que demostrar”, tras la carrera era Verstappen quien se la devolvía: “Las acciones hablan más fuerte que las palabras”. Sir Lewis evita la confrontación, pero sí que trata de marcar su territorio: “Yo no hago juegos mentales, no me podría importar menos ese tema. Hicieron un buen trabajo en Mónaco, también hemos hecho buenas carreras nosotros y quedan muchos grandes premios por delante”.

Indiferencia. Si existe una palabra que define a Max Verstappen, tanto dentro como fuera de la pista, esa es agresividad. Sólo ha faltado una pregunta “¿Está listo para enfrentarse a los juegos mentales de Lewis Hamilton?” en ‘La Gazzetta Dello Sport’ para sacar a relucir esta cualidad del piloto de Red Bull: “Eso es un montón de mierda. Soy lo suficientemente fuerte para saber lo que tengo que hacer para ganar. Lewis nunca ha tenido que luchar por el título en los últimos años. Incluso con Vettel cuando estuvo en Ferrari no hubo una batalla real. Pero está bien. La gente es libre de decir lo que quiera. Sé que soy rápido y estoy esperando mi oportunidad para ganar el título. Como equipo, tenemos que mantener a Mercedes bajo presión si queremos que se equivoquen”.

Y finaliza mandando otro recado: “Lewis casi siempre ha vencido a sus compañeros de equipo, así que estamos de acuerdo en que es uno de los mejores pilotos de la F1. Pero Mercedes ha sido tan dominante en los últimos años que no ha tenido más rivales más que su propio compañero. Es algo que ya había sucedido en el pasado, por ejemplo, en la edad de oro de Ferrari. Espero que este año sea uno de esos campeonatos peleados hasta el final. Porque creo que podemos ganarlo”.

Lewis “Tienen un coche ganador y será muy difícil superarles”

Max “Lewis no ha tenido que luchar por el título los últimos años”