AS (Aragon)

“Consolé a los perdedores, los del Liverpool no me necesitaba­n”

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Partido a partido. “Estaba en las quinielas para pitar esa final porque no había ningún equipo español y había hecho una buena temporada. Hace ya 16 años de entonces y lo recuerdo todo como si hubiese sido ayer. No era un árbitro de ponerme metas y obsesionar­me con objetivos. Siempre fui del día a día y no comerme la cabeza. Luego si no te dan un partido como este el batacazo es importante. Fue una constante en mi vida. No me obsesioné por subir a Segunda, ni a Primera. Iba partido a partido. Nunca me hubiera imaginado, eso sí, que podría pitar una final de la Champions. Cuando ya estás en el grupo de elite ves que vas arbitrando partidos de octavos, cuartos… y me llegó la final. Los árbitros de la Liga somos una garantía en este sentido. Estamos acostumbra­dos a trabajar con presión y eso es un plus”.

Final impresiona­nte. “Si comparamos, para un árbitro pitar una final de Champions puede ser incluso más importante que para un jugador. Ellos tienen más oportunida­des y juegan también Eurocopas y Mundiales. Están siempre en la élite y pueden jugar algunos hasta dos y tres como en el caso de los del Real Madrid, Barcelona, Atlético… Nosotros además dependemos de ellos, no de nosotros mismos. La trascenden­cia es enorme. Para mí fue el premio al hecho de haber trabajado todos los días para hacer las cosas bien. Fue una final impresiona­nte como partido por los cambios que se dieron en el marcador. Nunca pude relajarme. Del 3-0 del Milan de la primera parte se pasó al empate del Liverpool en la Segunda. Fue una noche para recordar en la historia del fútbol. Un ejemplo de que en el fútbol hasta el rabo todo es toro. En el campo me daba cuenta de que los jugadores del Liverpool no bajaban los brazos y demostraro­n que con fe se pueden dar vueltas a las cosas. ¿Qué si los españoles del Liverpool me presionaro­n mucho? No, no hubo ningún problema, todo lo contrario. Yo prefería dirigirme a ellos en inglés, para mantener una igualdad con los italianos, pero seguro que hubo momentos en los que hablábamos en español. Estuvieron siempre muy correctos, tanto Rafa Benítez como los futbolista­s. Con los italianos también me entendía bien. Me llamó la atención cómo los del Milán supieron perder después de que les hubieran remontado un 3-0. Saber ganar sabe casi todo el mundo, pero a pesar del palo que se llevaron su comportami­ento fue ejemplar. Estuvieron de 10”.

Amigo Gattuso. “Además de ser árbitro intentaba mantener con los protagonis­tas una relación de persona. Por ejemplo, con Guttuso me llevaba muy bien, Le pité el penalti y no me dijo nada. Era un gran tipo. Sabía cuándo podía hablarle, cuando no. Esos jugadores aguerridos, de carácter, siempre se me dieron bien. Si los sabías llevar acababan en tu terreno. Al finalizar la tanda de penaltis intenté más consolar al perdedor que dar la enhorabuen­a a los campeones por muchos españoles que hubiera porque ellos ya lo celebraban solos. Te dan más pena los que pierden que están en el suelo desconsola­dos. Son los que más necesitan una palabra de apoyo”.

El fútbol inglés. “A un árbitro del nivel de Mateu no se le puede dar ningún consejo. Le felicité en su día. Él toma el relevo. Lleva muchos años y se lo merece. Para el fútbol español que pite una final es un éxito. Solo hay que decirle que sea él mismo. Si le dieron la final es porque hizo un buen trabajo. La UEFA sabe cómo arbitra y puede que le hayan elegido para este partido entre dos equipos ingleses por su forma de arbitrar. Me acuerdo que también pité una semifinal entre el Chelsea y el Arsenal y antes del partido Mourinho dijo que el árbitro español tendría que adaptarse a que jugaban dos equipos ingleses. Al final me felicitó. Fue uno de los partidos más fáciles de mi vida. Los árbitros se adaptan a lo que quieran los equipos. Ahora hay más jugadores extranjero­s en el fútbol inglés, pero es un fútbol que se caracteriz­a por no tener casi parones. La cultura de un país, de un jugador, se nota en su manera de jugar. Son fuertes, aguerridos, pero nobles y equilibrad­os. El árbitro se adapta a lo que pide el partido y en el fútbol inglés si se dedican a jugar, hacer su trabajo y no protestan, pues que jueguen”.

Psicología arbitral. “Seguro que a Antonio le va a favorecer todo esto de lo que hablo. A él le gusta dejar jugar y sancionar lo que es. Le pido que dentro de la concentrac­ión que tiene que tener, que disfrute, que es una ocasión en la vida y pasa muy rápido Por dejar jugar, tampoco puedes dejar de sancionar una falta si es falta. La psicología es una parte fundamenta­l en el arbitraje. Un ochenta por ciento. El árbitro bueno es el que tiene una sonrisa para determinad­os momentos. El árbitro que tiene siempre la misma cara, mala cosa. Un árbitro es como un policía, un guardia de seguridad, tiene que saber en cada momento lo que debe hacer. Es como con tus hijos, a veces una sonrisa, una mirada, ya vale. La cara es el espejo del alma. Saber poner calma en un momento de tensión y más ahora con el VAR. Los partidos hay que llevarlos como a un caballo. Ahora aprieto las riendas, ahora las suelto. Es como una olla a presión. A veces hay que abrir la válvula y a veces cerrarla. A veces dejar jugar y a veces parar.”

El cuarto árbitro. Arturo Daudén Ibáñez fue el cuarto árbitro de esa final y guardó, como en fotografía­s, todos los recuerdos posibles. “Desde la banda me llamó la atención la tensión con la que se vivía el partido desde los banquillos y cómo varió la situación de la primera a la segunda parte, según cambió el resultado. El silencio y los gritos se intercambi­aron. En la tanda de penaltis, desde el banquillo del Liverpool no paraban de gritar consejos a Dudek. También fue impresiona­nte el ambiente antes del pitido inicial. El sueño vibraba con los cánticos. Nunca había visto algo parecido”.

Mi final fue un homenaje al fútbol y una demostraci­ón de que hasta el rabo todo es toro”

“El árbitro que siempre tiene la misa cara, mala cosa. A veces vale una sonrisa, una mirada”

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Mejuto González, en el momento de salir al campo para dirigir la final entre el Liverpool y el Milan..
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