Higgins salva al Barça
Un canastón del americano a falta de 0,8 segundos devuelve a los azulgranas a la final de la Euroliga 11 años después
Seguramente fue Kevin Punter el mejor jugador del partido, quien más problemas generó al Barça y quien mejores tiros anotó. Pero en el definitivo, el que podía meter al Olimpia Milán en la final, falló. Le dejó ocho segundos al Barça para evitar la prórroga y Higgins, en un tiro de media distancia marca de la casa, rescató al Barça. Mucho habían sufrido los de Jasikevicius, con un tercer periodo terrible en defensa que casi les cuesta la final, pero en el momento clave, cuando brillan las estrellas, Higgins se ganó un sitio en la historia azulgrana. Espera el Anadolu Efes en la final de mañana, once años después de la última, para dirimir si el Barça vuelve a ser el rey de Europa.
Empezó tan cómodo Calathes que Messina paró el partido a los dos minutos. El base penetró, cogió un rebote y habilitó a Mirotic para un triple, dando muestras de todo su repertorio. Pero Micov también que quiso, Bolmaro no frenó a Delaney ni a Sergio y el Milán cogió ventaja (59-67). El parcial del tercer cuarto (16-29) fue demoledor y el dominio de Tarczewski en el rebote fue insultante. Un triple de Calathes, en la última posesión del cuarto, dejó el electrónico en 67-71 para el Milán. El base de origen griego, de hecho, fue quien tiró del carro azulgrana.
El partido entró en la fase decisiva con el Barça más entonado, pero el marcador completamente igualado. Calathes se torció el tobillo y se perdió el desenlace, pero Higgins recogió su testigo. Arrancó el último minuto con 82-82 y Punter falló, algo que no hizo Higgins desatando la euforia entre los suyos. Le quedaron al Armani ocho décimas para obrar el milagro, pero no fue posible. El Barça está en la final de la Euroliga de nuevo.
Nada está decidido en el baloncesto hasta el último instante, pero menos todavía si el rival que va a perder es el CSKA y el partido es una semifinal de la Final Four. Los moscovitas jugaron un último cuarto memorable, metieron el miedo en el cuerpo al Efes y no están en la final por un par de tiros fallados. El partido pudo perfectamente caer del lado ruso, pero será el Efes quien juegue por la gloria europea. La desconexión en el último cuarto casi les cuesta un disgusto. Y de los grandes.
El partido arrancó con una superioridad manifiesta del Anadolu Efes personificada en su mejor jugador, Micic. La ventaja aumentó rápidamente hasta los diez puntos y la tendencia era claramente favorable a los turcos. Poco después del descanso, mediante el tiro exterior y la anotación de Micic, ganaban por 21 puntos.
Un excelente inicio del último cuarto permitió rebajar la distancia hasta los 10 puntos (63-73) e infló de moral al CSKA. Estaban en el partido. Diez abajo y con poco más de seis minutos por jugar, pero dentro del partido. Las dudas asaltaron a un Efes que vio peligrar una victoria que tuvo en la mano y, tras varias pérdidas y errores, el CSKA entró en los últimos tres minutos con plenas opciones (80-83) gracias, sobre todo, a Clyburn. La eliminación de Micic, como no podía ser de otra manera, le pasó una factura altísima a su equipo y fue Larkin quien asumió el mando. Falló demasiado y el CSKA tuvo un tiro para ganar el partido.