El PSG desarmó el primer test del 4-4-2 de Zidane
Morata no entró en acción y sólo Asensio le dio sentido
El Madrid puede escudarse en la falta de rodaje para explicar su desastrosa primera parte contra el PSG, pero Zidane lo dejó caer: “Somos el Madrid, incluso en los amistosos”. El equipo que se vio de inicio, lleno de habituales suplentes, en el Ohio Stadium de Columbus se parecerá poco al que formará en Trondheim contra el Sevilla. Pero es que el pelotón de meritorios tampoco hizo méritos, valga la redundancia, salvo Asensio. El balear se erigió en el sargento de los reclutas del Castilla y fue el único que intimidó realmente al nuevo equipo de Emery.
El bolo fue un doble ensayo para Zizou. Primero con ese once en el que aún le faltaban Cristiano, Bale, Kroos y Pepe, pero a la vez con el dibujo. Hombre de palabra, formó con el nuevo 4-4-2 con dos nueves para la Supercopa como había avanzado en la previa y del que mostró un boceto en Montreal. La ausencia del tocado Benzema dejó como compañero de baile de Morata a un despistado Jesé. El canario se irá en breve, pero jugó como si ya se hubiera ido. Entre eso y que por detrás sólo Isco andaba con tino, del Morata de la Juve y la Selección, ni rastro. La defensa, con Danilo ya sin excusas, la pareja VaraneNacho impotente para sujetar a Cavani, y Marcelo, que falló en los dos primeros goles, ofreció aún más señales preocupantes. Emery desmontó al Madrid sin necesitar a su bólido más flamante, Di María, guardado en el garaje hasta el 67’…
Sólo le cambió la expresión al técnico vasco cuando Zidane habló con Asensio. Porque se hizo la luz. Rodeado de castillistas, metió la dirección de Trapp en el GPS y cuando no buscó él mismo el gol, con dos latigazos, hizo daño acostándose hacia la izquierda y buscando desde ahí a Mariano. No costó imaginarle haciendo lo mismo, pero con la inamovible BBC. Y como ayuda, tuvo a Marcos Llorente, el otro gran protagonista. El canterano abonó la teoría de que puede hacer el papel defensivo de Casemiro y, además, ordenar lo que haya por delante. Un dato lo dice todo: el equipo del primer tiempo tuvo un 44,5% de posesión y el del segundo, Asensio más medio filial, fue el que le quitó la pelota al PSG (58,6%)...