Rafa Lomana “Cristiano me vendría como anillo al dedo”
Preparador físico, socorrista, montañero, concursante de reality show y ahora presentador de ‘Be the Best’, el programa de Be Mad que apuesta por sesiones con deportistas de élite. Rafa Lomana habla como entrena. Al límite.
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¿Cuál es el concepto de ‘Be the Best’?
—Queremos reflejar qué hay detrás del deportista de élite. Siempre les vemos en acción, pero no sabemos nada de ellos. Ni cómo entrenan ni cómo comen ni cómo sienten.
—¿Dispuesto a lo que sea?
—Sí. Es un reto multidisciplinar. Me hace ilusión compartir sus disciplinas y estrategias. A ver hasta dónde puedo llegar.
—¿Ha sufrido más que lo que se ha divertido?
—He sufrido, pero también he disfrutado. Soy una persona dura y tengo una dignidad importante. No me rindo. Mi actitud en la vida siempre ha sido ir al ataque y aquí lo importante no es participar. Yo quiero un mensaje como el de Carolina Marín. Voy a por el oro y voy a ganar. Y luego ya veremos. En una boda o en una comunión se participa. Aquí bajas a la arena del circo y peleas.
—¿Qué tal con Craviotto?
—Es un grandísimo campeón y a la vez un hombre humilde. Trabajamos ejercicios de explosión y musculación. Resultó duro entrenar con él por los pesajes, las repeticiones y porque está en su plenitud.
—¿Por tres días se sintió un
olímpico en potencia?
—Por tres días me sentí el antihéroe. Aquí siempre pierdo. Cuando estás con esta gente dices ¡Qué poca cosa soy!. Parece que el tío que sale en televisión nunca sufre ni padece. No es verdad. Estoy cansando de ver campeones. Quiero que la gente vea humanos.
—¿Quién le ha marcado más? —Ona Carbonell. La sincro es algo muy potente. Y lo que hacen una cosa de locos. Levitan en el agua... Yo era una carga de profundidad. Pocas veces me he sentido tan inútil.
—¿Y Nico TNT González? —Un cirujano. Un killer que no se descompone. Si puede acabar en el asalto uno no espera al tres. Lo estudia, saca su golpe mágico, que es el croché cruzado al hígado, y te saca al aire. Eso hizo conmigo.
—¿Con qué futbolista le gustaría entrenar?
—Con Cristiano. Es nervio, tiene carácter y orgullo y mide mucho el aspecto físico. Me vendría como anillo al dedo.
—¿Qué puede avanzar?
—Me verán levitando a 6.000 metros. Y hasta ahí puedo leer.
Estoy cansado de ver campeones; quiero que la gente
vea humanos”