Gaizka Garitano: presión, variantes tácticas, orden y disciplina interna
■ “Todavía no había puesto un pie en A Coruña y ya había críticas”. Esto declaraba Gaizka Garitano (Derio, Vizcaya 1975) hace poco más de tres semanas. Esta frase resume el estado de constante convulsión en el que vive el banquillo del
Deportivo desde la abrupta salida de Víctor Sánchez del Amo y las dificultades con las que convive un técnico cuyo bagaje en Primera se limita a su agridulce temporada en el Eibar.
Puede que este ajetreado pasado reciente del club haya influido en su extremo cuidado con la disciplina interna. En el
Teresa Herrera ya dejó fuera a
Lucas Pérez, algo que se ha repetido con Çolak en Balaídos y más recientemente con Arribas en la Copa ante el Betis.
La goleada a la Real (5-1), club en el que militó en Primera como jugador, ha traído calma al entorno, aunque en Plaza de Pontevedra siempre ha habido total fe en él. Entrenador de club, se amolda a lo que hay y lleva al límite la máxima ‘el que no corre no juega’. Arropado por Patxi Ferreira (segundo) y Ribera (analista) es un técnico con riqueza y variantes tácticas, tanto en la preparación como durante los partidos. Sin renunciar al balón, apuesta por la presión y el robo avanzado antes de la construcción desde la defensa. Florin Andone y Albentosa, sus dos grandes apuestas en fichajes, son ejemplo de ese sacrificio y rigor táctico que persigue.