El Kashima: a la final por el vídeo, Sogahata y la madera
Los nipones sorprendieron a un gafado Atlético Nacional
Revoluciones del reglamento con el videoarbitraje a un lado, el batacazo del Atlético Nacional ayer en Osaka fue de aúpa. El campeón de la Libertadores se estampó a las primeras de cambio contra el anfitrión, un Kashima Antlers que se planta en la final siendo el equipo invitado al torneo, que jugaba su tercer partido en el Mundialito y que ha terminado ya la J-League. Y, ante todo, se clasifica con un aura de equipo moldeable y predecible.
A los nipones les llovió ese polémico 0-1 de penalti ‘reabritrado’ tecnológicamente y se dedicaron a capear como pudieron las arremetidas colombianas, refugiándose en las numerosas paradas de Sogahata, los postes que evitaron dos goles de Mosquera y hasta Shoji sacó otro bajo palos... Porque el equipo de Reinaldo Rueda se agobió misteriosamente, quizá producto del viaje y la sobrecarga de partidos (83 lleva Atlético Nacional en 2016). Acabó entregado a una orgía de ocasiones malogradas y se va de Japón herido por un 0-3 humillante con uno de los goles de tacón.
El Kashima es un equipo japonés, podría decirse, clásico. Casi de Óliver y Benji. Cuenta con futbolistas locales técnicamente correctos, un diez destacable (Shibasaki) y un brasileño de vuelta de todo (Fabricio, que no jugó). Hasta el autor del 0-3, Yuma, se llama como un personaje de la famosa serie de dibujos animados. Siempre ávidos de absorber todo lo venido de Occidente, celebró el tanto imitando la celebración de Cristiano...
Zidane pudo tomar nota de su posible rival en la final. Pudo apreciar que el campeón japonés ni vio venir a Mateus en sus subidas al ataque, concedió una buena cuota de ocasiones a Borja, el nueve del Verde, y en los flancos puede pasarlas canutas con las oleadas de Carvajal y Marcelo. La duda es si Ishii tendrá valor para repetir en la medular con Ogasawara, un capitán agotado y que peina canas (37 años). Misma edad que tiene, por cierto, su portero-milagro Sogahata.
Fiesta en Japón, que cuela a su representante en la finalísima del domingo. El Kashima, y probablemente el país entero, cruza los dedos para verse allí con el Madrid del dorado Cristiano. Veremos qué tiene que decir a eso el América.
Batacazo El campeón de la Libertadores no reaccionó al 0-1 del videoarbitraje