La Junta afronta una asamblea clave desde la división
La paz social no se ve cercana
El próximo domingo a las cuatro de la tarde, la asamblea de compromisarios del Barcelona debe reunirse en asamblea extraordinaria para ratificar o no tres acuerdos de la Junta: la aprobación del contrato con la empresa japonesa Rakuten como nuevo patrocinador de la camiseta del club; una inversión llamada Mission
Hills en China que afecta a unas escuelas de fútbol de la que no se saben demasiados detalles y, por encima de todo, la opción de pactar una salida a la demanda de la Acción de Responsabilidad que la junta de Rosell impuso contra 17 directivos de la era Laporta por gestión irresponsable.
Bartomeu presentará ante los socios un pacto que se basa en que la aseguradora Zúrich correrá con una mínima parte de la cantidad demandada a los anteriores directivos, que a cambio de verse liberados de la espada de Damocles de la justicia, deberán aceptar que cerraron su último mandato con pérdidas, negando de esta forma la sentencia del juez Martínez Borrego que le eximía de toda culpa y que fue recurrida por la junta de Bartomeu anterior a las últimas elecciones. El 12 de enero está previsto que se resuelva el recurso, pero la directiva actual ha abierto la puerta a un pacto que tiene una condición envenenada: que lo firmen todos los afectados
La gran mayoría de los afectados, después de años de soportar una carga financiera que les limita en lo personal y en lo profesional están dispuestos a tragarse el sapo y aceptar el pacto, pero Laporta y sus seguidores más cercanos, no. La paz social, parece lejos de solventarse en la asamblea.
Situación Bartomeu ofrecerá pactar a Laporta, que sigue reticente