Martini exige que ‘venda’ vermuts
El patrocinador principal veta a un joven como Wehrlein por negocio
■ ‘Cómo vamos a tener dos pilotos que tendrían problemas para tomarse un Martini en países clave de nuestro mercado’. Esta frase es de un gerifalte de la empresa que en 1863 crearon Alessandro Martini y Luigi Rossi. El patrocinador principal de Williams, que aporta 11,25 millones de euros al año, desea que los resultados acompañen, pero su principal motivación es el branding (proceso y estrategia de construcción de marca) y la difusión alrededor del mundo.
Regresar a la F-1 buscaba potenciar el valor elitista del vermú más famoso del mundo en un momento en el que libra una dura batalla con Aperol en el aperitivo de muchos países. Bottas y Massa han sido la pareja desde 2014, dos pilotos que cumplían el target del consumidor de la bebida preferida de James Bond: varón, 35-45 años, clase media-alta, y aficionado al motor.
La retirada del brasileño ha sido cubierta con Stroll, piloto con talento... y una aportación económica suculenta. Martini aceptó de buen grado al canadiense, hijo del dueño de los derechos en Norteamérica de firmas como Ralph Lauren, Pierre Cardin o Tommy Hilfiger. Perfecta consonancia con el consumidor habitual de la bebida espirituosa italiana.
Pero el adiós de Rosberg ha dejado vacante un Mercedes y Bottas está en pole para ocuparlo. Algo que no gusta a Martini, que está intentando que la operación no se cierre... o que el sustituto cumpla el perfil. La empresa italiana veta a Wehrlein bajo la premisa, incluso, de finiquitar el acuerdo. ¿La solución? Jenson Button.
Es la imagen que desean en Martini... y en Williams, ya que cuenta con una experiencia fundamental en 2017. ‘Volere é potere’ (querer es poder),
se puede leer en la entrada de Casa Martini en Pessione.