Federer rejuvenece
Con 35 años y tras seis meses lesionado, se exhibió ante Berdych
Sólo Ken Rosewall ha ganado un Grand Slam pasados los 35 años, la edad que ahora tiene Roger Federer. El suizo, que bajó al puesto 17º del mundo lastrado por una lesión, busca en el Abierto de Australia su 18º ‘grande’. Garbiñe Muguruza va a más.
Desde el puesto 17º del ránking, Pete Sampras ganó su último Grand Slam, el que hacía el 14º, en el US Open 2002. Tenía 31 años. En la misma e inusual posición de la clasificación arrancó Roger Federer el Abierto de Australia, un ránking bajo que podía hacerle cruzarse con un top-ten en las primeras rondas. Eso ocurrió con Tomas Berdych, décimo, y el suizo de 35 años ventiló el compromiso con aire joven, con una tremenda autoridad, con una paliza: 6-2, 6-4 y 6-4 en sólo hora y media.
Federer, que cazó su última gran pieza en Wimbledon 2012, aspira a ganar su 18º grande. De hacerlo, se convertiría en el segundo campeón de Grand Slam con más edad, por detrás del aussie Ken Rosewall (37, Australia 1972)... Aunque para eso queda mucho. En octavos le espera el japonés Kei Nishikori, otro hueso duro, que liquidó a Lukas Lacko por un triple 6-4. “Estoy listo”, advirtió el expreso de Basilea. En cuartos, aparece en el horizonte Andy Murray (64, 6-2 y 6-4 a Sam Querrey). Palabras mayores.
Los números dicen que Federer ganó un 95% de primeros servicios, un 58% con segundos, no concedió bolas de break y firmó 36 winners por sólo 16 errores no forzados. Pero la estadística no refleja la sensación de superioridad que transmitió. “Tenía expectativas. En los entrenamientos ves que puede ir bien, pero no son una prueba real. Me he sorprendido a mí mismo, ha sido increíble. Sabía que sería una durísima ronda y he respondido al desafío”, apuntó.
Federer sufrió un duro golpe en 2016. Una operación de menisco y una recuperación lenta le condenaron a parar seis meses. En su reaparición en la Copa Hopman, aunque dejó una gran sensación, perdió con Alexander Zverev, el prodigio de 19 años que se medía con Nadal. Pero parece estar listo de nuevo. En versión exprés, casi perfecto, Berdych le duró un suspiro.