“Me iba a correr otro Dakar ahora mismo”

Cristina Gutiérrez, la primera española en la historia que logra acabar la prueba en coches, entiende la decisión de recortar la edición de 2017: “Lo que se anuló estaba bien anulado”

Cristina Gutiérrez aún no ha vuelto a Burgos... y por allí se la espera más que en ningún otro sitio. Pero su primer Dakar, un Dakar con nota, obliga a múltiples compromisos que ahora sí, parecen tener fin. La última vez que la vimos, poco antes de volar a Sudamérica, disfrutaba en un prestigioso restaurante de

Madrid y comía “todo lo que no puede comerse en el Dakar”.

Ahora, ya de regreso, reconoce que en la carrera comió “mal y

poco”. Pero, como tantos otros, el escorpión del raid ya le picó:

“¡Yo me volvía ya, me iba a correr otro Dakar ahora mismo!”.

Lleva en el bolsillo la medalla del touareg, confiesa que la mordió “a lo Nadal” y que le anima para “pensar desde ya”

en la edición de 2018. “Se han cumplido las expectativas y, sobre todo, me ha sorprendido la repercusión de la prueba. Éramos como dioses para los aficionados. Me conocían de Facebook... me ayudaron siempre; una vez que se me calentó el coche surgieron de la nada con sus garrafas para que pudiera seguir adelante. Ha sido increíble”, comenta esta burgalesa de 25 años, virtuosa del todo terreno, apasionada de los karts y que inició su idilio con la velocidad subida a una moto. “Me fijé mucho en los pilotos de motos durante la carrera. Es tremendo ver cómo pasan por terrenos destrozados por los camiones”, narra y, acto seguido, cuando se le pregunta si algún día le gustaría correr el Dakar en moto, abre los ojos como platos y dice: “No, ni se me pasa por la cabeza. No creo que tenga cuerpo para eso”.

Su futuro inmediato es una incógnita, aunque piensa ya en cómo sumar patrocinadores para volver a esa loca (y bendita) aventura del Dakar. “Me gustaría correr el Nacional y el Mundial de raids. Estudio, trabajo y además compito, hay que encajar bien esas tres facetas”. Estudia odontología, lo hace en Madrid y también tiene consulta en Burgos, donde las caries la echan de menos. Como obviamente hacen sus padres, que no dudaron en viajar al tramo final del Dakar cuando Cristina apuntaba a la meta.

Mira hacia el futuro, pero hay una cosa que quedará para siempre: el título de primera española

en acabar el Dakar en coches. ¿Un referente? Jutta

Kleinschmidt, la alemana que ganó en 2001. En 2015 tuvo el

placer de conocerla. “Me seleccionaron para un campus de la FIA en Qatar y logré una beca para el Sealine. Es un lujo que alguien como ella te aconseje. Es muy alemana... Su ayuda me sirvió de mucho”, dice

Gutiérrez, quien considera “más

que justificada” la decisión de los organizadores de recortar y suspender una etapa por las fuertes lluvias: “Lo que se anuló estaba bien anulado. Te veías en medio de un río, y así, conduciendo a 60 km/h, como que no procede”, apunta. Lo que ahora procede es

“descansar, va siendo hora”,

tratar de “recuperar la normalidad en los estudios y el trabajo” y planificar 2017 “para volver al Dakar en 2018”. Pero sobre todo, lo que ahora toca, Cristina, es pisar Burgos. Es hora de que compruebes de primera mano lo orgullosos que están de ti.

Dakar

“Ha sido increíble. Éramos como dioses

para los aficionados”