Sufrieron dos ataques de ISIS que dejaron 28 fallecidos
■ La Peña Irak Blancos ha pagado un alto precio por ser aficionados al fútbol en su país. El pasado 13 de mayo sufrieron un primer atentado en el café Furat de Balad (a 80 kilómetros de Bagdad)
donde tienen una de sus sedes. Tres terroristas de ISIS
entraron en el local (decorado con pósters y fotografías del Madrid) empuñando cada uno un AK-47 y dispararon a discreción. El triste balance fue de 16 fallecidos y 20 heridos. “Fue una atrocidad, estamos destrozados”, explicó Ziad Subhan, presidente de la peña, a AS.
Casi sin tiempo para digerirlo, volvieron a ser golpeados por el fanatismo. Durante la final de la Champions,
el 28 de mayo, otro comando accedió al local en Baakuba (una población muy cercana a la del primer atentado) donde estaban los hinchas madridistas viendo la tanda de penaltis. Los cuatro asaltantes, que portaban armas automáticas, dejaron otro reguero de víctimas, doce de ellas mortales.
El Madrid respondió solidarizándose con sus aficionados iraquís y dedicándoles el triunfo en Milán. Un gesto que conmovió al Gobierno de Irak. Abdul Hussein Abtaan,
ministro de Deportes, envió una carta al club para felicitarle por la Undécima y por su “apoyo humanitario” a los peñistas fallecidos.