Gloria a la Copa en Mendizorroza
El rocoso Alavés o el decidido Celta volverán a una final, como en 2001, bajo un clima emotivo
Dieciséis años después, en un Mendizorroza que será una caldera contra el frío, Alavés o Celta llegarán hoy a una final. Un logro tremendo, puro honor para el torneo. Aquella gesta que dibujó Mané en la Copa de la UEFA de 2001, cayendo con heroicidad ante el Liverpool (5-4), es la más bella historia escrita por El Glorioso. Supo a título. Los vigueses, uno de los equipos que mejor fútbol hacen en España, buscan su cuarta final copera. Las dos últimas fueron a color, aquella doble derrota ante el Zaragoza, con las lágrimas de Alejo tras fallar el penalti decisivo, y la de 2001 en Sevilla.
El empate de la ida, en una batalla sin goles tremenda y preciosa, dejó optimistas a los dos. El Deportivo Alavés sabe que llegar igualado a su ruidoso campo es un paso adelante. Su sistema defensivo, empezando por el imperial Pacheco, es de absoluta garantía.
Pellegrino ha construido un equipo granítico, durísimo de romper. Buscará dejar de nuevo su puerta a cero para que Ibai, Toquero, Camarasa o Deyverson se saquen, cada uno a su manera, un golito de la chistera. Los dos ex del Athletic ya lo lograron para ganar sendas semifinales europeas y de Copa. O esperarán a un balón parado de Laguardia o Feddal. No hay prisa.
El Celta de Berizzo se mueve mucho mejor en partidos abiertos, aunque la eliminatoria ante el Real Madrid enseñó que también puede ser letal no descubriéndose tanto. Y es que la simple presencia de Iago Aspas atemoriza a cualquiera. Que se lo digan al Alavés, al que dejó enfilado con dos goles hacia Segunda B el día en que debutó. Y en la ida, fue un martirio con cinco remates. Uno de ellos, al larguero. Aún estará moviéndose del derechazo. Y no por el viento.
Sin prisa. No se espera una salida desbocada, aunque el Alavés arrancó como un animal herido en el último choque ante su gente, frente al Atlético. Sabe que dar un paso en falso con la velocidad de Bongonda y la clase de Wass puede situarle contra las cuerdas. Habrá que ver cómo se mueve Mateu Lahoz en un partido de enorme voltaje, con Deyverson y Cabral, Laguardia y Aspas, frente a frente.
Optimistas El 0-0 gustó al Alavés por
jugársela en casa y al Celta por su
pegada