La herida aún está abierta

Aunque en público los jugadores y Berizzo anuncien que el varapalo de Vitoria pertenece al pasado, lo cierto es que la herida todavía permanece abierta, sangrando a borbotones. Es lo natural, es inherente a la condición humana y, por lo tanto, no hay nada que reprocharle a esta excelente plantilla que ha permitido conducir el perpetuo sueño de la

Copa hasta su penúltima parada. Después del puñetazo recibido, sería hasta comprensible que hoy aparecieran en el

Calderón en estado de shock, aún inconscientes.

No obstante, si algo ha demostrado este Celta es su capacidad para brillar en el momento de mayor penuria. Sin ir más lejos, hace menos de un mes ganó en el Bernabéu el día después de que estallara la guerra civil entre Berizzo y Orellana. Y el año pasado logró la clasificación europea después de sufrir un varapalo semejante a este, tras caer en semifinales ante el Sevilla. Y en este curso han conseguido que casi nadie recuerde a un tal Nolito... Berizzo ha creado a un superviviente nato. Es posible que esta vez haya recibido el revés más severo, así que los daños deberían ser irreparables. La lógica indica que se resentirán del cuchillazo, los antecedentes nos hacen pensar que el Celta puede volver a sorprender. Veremos.