Los test más ajustados llegan a Phillip Island
Desde hoy y hasta el viernes, entrenamientos en Australia. “Este año puede haber seis pilotos ganando carreras”, afirma Rossi
Segunda parada para las MotoGP antes de que comience la temporada. Phillip Island acoge desde hoy y hasta el viernes tres jornadas de test para que fabricantes, equipos y pilotos sigan desarrollando el trabajo de los entrenamientos de Sepang
de hace dos semanas para afinar detalles antes del primer gran premio del año en Qatar
(26 de marzo). El tiempo respetará en la pista australiana con tres días de sol. La lluvia no echará a perder ninguna de las jornadas, el principal temor de todos en el paddock.
Los entrenamientos de Malasia dejaron a Viñales en un primer plano, liderando la tabla de tiempos y confirmando una adaptación a la Yamaha más que rápida. Para esta semana se marcó como tarea perfeccionar su ritmo por vuelta en las tandas largas, pues hasta ahora no ha encadenado más de seis vueltas con la M1. En ese aspecto Márquez aún parece el rival a batir, al menos por la solidez que mostró en Sepang, pero la Honda todavía tiene cuentas pendientes con la electrónica que deberá solventar en los próximos días. Y Lorenzo tiene trabajo para ajustar su pilotaje a la Ducati. Especialmente en el paso por curva, donde se dejaba con respecto a Marc cerca de un segundo por vuelta.
Lo que sí puede confirmarse en Australia es que, tal y como sucedió en los últimos entrenamientos, haya un buen número de pilotos y cuatro fabricantes en un pañuelo de tres décimas. El propio Rossi habla de la igualdad en el campeonato:
“No es imposible que haya nueve ganadores diferentes otra vez (lo que sucedió en 2016),
aunque quizás sea demasiado. Creo que seis pilotos sí pueden ganar carreras este año”.
También Viñales espera alternativas esta temporada: “Ducati ha demostrado que puede luchar por varias carreras y por el título. Espero, por mí, que se quede todo en Yamaha, pero no hay que descartarles. Y espero que Suzuki esté a un gran nivel”. Ducati y Suzuki pueden refrendarlo en un circuito donde la velocidad media por vuelta está entre las más altas del
Mundial.