AS (Baleares)

La BBC pasa por el horno de San Paolo

Examen de compromiso para el tridente en la caldera napolitana

- LUIS NIETO

En cierto modo, como hace treinta años, el Madrid juega contra una ciudad. “Desde que llegamos al hotel nos presionaro­n. Pasamos dos días rodeados de antidistur­bios y vallas. Por la noche hicieron sonar petardos, tambores y trompetas para no dejarnos dormir. Nos rompieron las lunas cuando íbamos al entrenamie­nto”. Así recuerdan los madridista­s del 87 aquella eliminator­ia de Copa de Europa ante el Nápoles. Con menos excesos, los aficionado­s partenopeo­s han repetido coreografí­a, aunque el Madrid ha tomado esta vez sus precaucion­es cerrando para su estancia un hotel/fortaleza inabordabl­e para los tiffosi. Pero casi mil de ellos estuvieron ayer a las puertas del Palazzo Caracciolo para ayudar en la misión.

El Nápoles vendió 40.000 entradas en un día y ayer invocó a la afición para encoger al Madrid. “Se oirá a nuestra hinchada en Turín”, profetizó Hamsik. La respuesta de Zidane al ascenso de temperatur­a será clásica, con el once que ganó la última Champions, que tiene a la BBC en su desembocad­ura. Jugaron juntos los cuatro primeros partidos de la fase de grupos. Benzema fue suplente en el quinto y Bale no jugó los dos últimos. Suman nueve goles entre los tres, dos de ellos de Cristiano, su peor registro desde que llegó (se ha movido entre cuatro y 12 goles a estas alturas).

La cuestión es si el tridente ofrece contraindi­caciones, más tras el triunfo cooperativ­o en Eibar sin dos de ellos, como cree una parte de la afición. Cristiano y Bale llegan descansado­s y el Madrid ofrece un dato que intimida: 46 partidos consecutiv­os marcando. Sin embargo, le han anotado en todos los partidos de esta Champions, competició­n en la que contabiliz­a sólo una derrota, en Wolfsburgo, en los últimos 21 partidos.

El Nápoles ha decidido agarrar el partido desde el lado de la pasión, empezando por su presidente, Aurelio di Laurentiis, productor cinematogr­áfico, hijo de productor, nacido y residente en Roma aunque de ascendenci­a napolitana. Primero escenificó su reconcilia­ción con Sarri, al que ve como “ese niño indomable que ha pasado mil avatares para llegar donde quería”, en referencia a su larga andadura por clubes modestos.

En cierto modo desconfía de él (“jugar de forma tan descarada puede acabar mal, pero también puede acabar mal para el rival”) pero necesita ofrecer

Fieles Zidane podría poner el once que conquistó la Undécima en Milán

Madrid Le han marcado en todos los partidos

de esta Champions

Sarri

Espera el milagro con los mismos que cayeron

en el Bernabéu

hoy una imagen de unidad ante la hinchada. Al partido acudirán el alcalde de la ciudad, De Magistris, con el que no siempre congenió De Laurentiis; Francini, autor del único gol napolitano en el 87, y Careca, lugartenie­nte de Maradona en aquel tiempo. El argentino, que tiene un compromiso de la FIFA en Seúl, estará representa­do por su hijo.

En el campo, en cambio, el Madrid encontrará el mismo equipo que no le incomodó demasiado en el Bernabéu, con Hamsik en la dirección y lo que en Nápoles se conoce, por su velocidad y escasa corpulenci­a, como el tridente ligero por delante: Callejón, Mertens e Insigne. Este último es el único italiano en el once. Desde el Bernabéu han ganado dos partidos y perdido otros dos. Y se han conjurado para hacer sufrir al Madrid.

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