No me gusta la ‘cláusula del miedo’

No estoy a favor de la llamada “cláusula del miedo”. Este fin de semana pudimos apreciar cómo el jugador del Leganés (cedido por el Granada) Darwin Machís, anotó el gol de la victoria para su equipo. Por el contrario, propició la derrota para el equipo al que regresará el 30 de junio. Un gol importantísimo, que abre en tres puntos la brecha por la permanencia entre pepineros y nazaríes. Este vital tanto, si lo analizamos, significa dos cosas: primero, la gran profesionalidad de Machís, que defendió los colores de su actual club con hombría, sin pensar que podría darse el caso de jugar el año próximo en Segunda con la camiseta de su rival. Segundo, que debería estar prohibido por la FIFA que cualquier equipo, por contrato, coarte la libertad de trabajar un domingo a un futbolista por el mero hecho de regresar a un club el junio siguiente. Darwin Machís abre la veda a no descansar y a intentar golear al rival, sea el club que sea. Y qué mejor escaparate para demostrar sus cualidades que enfrentarse a su equipo. No debe ser fácil hacer las maletas para ir a otra ciudad a demostrar tu fútbol o a ganarte un puesto a base de ser un trabajador honesto y serio. Darwin Machís ha abierto un debate en el fútbol. ¿A quién no le gustaría tener un Darwin Machís en su equipo? Jugador capaz de hacer disfrutar a sus seguidores, de dar una alegría y de dar los tres puntos a su equipo. En la acera de enfrente pensarán los granadinos ¿por qué hemos dejado jugar a Machís? La respuesta es clara: Darwin Machís es un digno integrante de este deporte llamado fútbol. Y merece un hueco entre los grandes. Esos grandes que nunca perderán sus valores. Gracias Darwin Machís. Te lo dice de corazón un socio del Granada.