El Athletic se quita la pena fuera
Acabó con la psicosis lejos de casa en el campo ideal ●La Real, incómoda
EI Athletic se fue de Anoeta a lo grande: con victoria, la Real a cuatro puntos y el sueño de Champions no tan en la utopía. Y, de paso, con Beñat en el podio de un estadio que no es uno más, es el del vecino, el que más permite chinchar. No dejó navegar a un rival habitualmente apadrinado por su centro del campo.
Fue un derbi muy marchoso, con el equipo de Valverde ordenado, verticalísimo, alegre en la circulación, sin disidentes y hasta con más fervor que la Real. Esta vez, ante un duelo de rivalidad provincial, con la meta europea en el horizonte, sí hubo conjura rojiblanca a domicilio, con un bloque enorme en la lectura de juego, cuando pulsó el botón de pausa o activó el de hipervelocidad… Se acabó la psicosis lejos del abrigo de San Mamés. En el mejor escenario posible.
Con nuevo meta. Valverde hizo una declaración de intenciones desde el once de salida: Arrizabalaga, sin más demora, a anidar bajo el marco. Es su apuesta clara. Sí prefirió reservar de salida a Aduriz, por la lluvia incesante y lo rápido que estaba el campo. Convenía ese escenario para un Williams de nueve. Había siete canteranos a un lado, el local, y nueve al otro. A ver quién lo iguala.
El derbi comenzó a todo tren, con la invitación de la humedecida alfombra de Anoeta a desbocarse. Se sentía a gusto ahí el Athletic. Todo discurrió muy igualado hasta pasado el primer cuarto de hora, cuando los visitantes agarraron las correas del derbi y galoparon a su lomo. Con la posesión, los leones hicieron sufrir a la Real, porque este equipo con sello Eusebio padece sin balón.
Xabi Prieto cometió un penalti absurdo sobre Yeray y no falló Raúl García. Luego una pifia de Odriozola en una cesión al portero regaló un gol de bandera a Williams. En el 71’, Anoeta se encendió por una leve carga de Navas sobre Bóveda al rematar un gol que no fue invalidado. Del convoy de Eusebio solo había al final migas. Ya le ha cogido el Villarreal.