AS (Baleares)

Llull lo vuelve a hacer

Rescató al Madrid en el Clásico con un canastón en el segundo final

- RICARDO GONZÁLEZ

El Increíble Llull lo ha vuelto a hacer. Otra vez él. Rescató al Madrid y a todo el Palacio con una acción de genio. El Barcelona, herido en su orgullo, se había agarrado al partido con uñas y dientes y aprovechó un par de pérdidas blancas para dar un zarpazo ganador, para intentarlo al menos. No era Rice el hombre a buscar, sino Tomic, al que le sirvieron dos balones al poste que convirtió en oro. El último, a falta de seis segundos: 74-75. Parecía que Ayón le haría falta para buscar un fallo desde la personal. Pero no, lo defendió y no pudo con él. Uno arriba el Barça y tiempo muerto.

Las órdenes de Laso casi se tuercen porque Rudy no encontraba a quién pasar. Al final la soltó bombeada para que Llull pelease la recepción. La cogió y oteó la situación antes de elegir penetrar por la derecha, la mano buena. Oleson lo cerró y Claver acudió a la ayuda… acorralado, ejecutó un letal pasito hacia atrás para ganar espacio y descerraja­r un tiro bombeado que tocó el cielo y cayó limpio. Delirio en la grada. Llull, de nuevo él. Canasta triunfal a falta de cinco décimas. La nueva rutina del baloncesto español.

A este Barça inferior a todas luces se le pedía algo así. Concentrac­ión y entrega, pasión. No hacer el ridículo como en noviembre cuando cayó en casa en la version europea del Clásico por 39 puntos (63-102). Lo otro, tumbar a su rival, no se le exige porque no depende del arsenal propio, sino de un día regular del Madrid. Como el que tuvo ayer. Pero ni siquiera fue suficiente. Ya lo saben: Sergio Llull. Y alegría doble para Felipe Reyes el día que atrapó su rebote 4.293. Más que nadie.

El Madrid rompe el empate en la clasificac­ión con el Barcelona y es segundo a la caza del Iberostar, aunque los de Bartzokas salvaron el average (85-75 en la ida). El Real también quebró una racha de tres derrotas en la Liga, la peor desde que llegara Laso. Y la rompió pese a sus nefastos inicios de cuarto. Agrupando parciales en cada arranque de periodo nos sale un demoledor 18-43. A ese -25 hizo frente. Primero con Doncic, y luego con Hunter y Carroll; siempre con Llull, “algo acelerado” se autocritic­aba.

La entrada del fenómeno esloveno colocó a su equipo en otra dimensión. Del 23-28 al 47-36. Ocho minutos fantástico­s. Atraía a la defensa y asistía con precisión de neurociruj­ano. Una delicia y aún quedaba la joya que cerró la primera parte: atrapó un balón en su pista a cinco segundos de la bocina y, cuando Koponen y Perperoglo­u se le echaban encima como lobos, asistió a Llull para el triple esquinado que atravesó la red con el tablero en rojo. Furia desatada en la celebració­n. No hay nadie en Europa que se alegre mejor que él, me decía un compañero.

Era un triple para tumbar a cualquiera (+11), pero no al Barça más capaz del curso. Las imprecisio­nes blancas ayudaron, pero las aprovechó agazapado. Saltó al cuello en el momento justo, cuando no había margen de reacción para casi nadie. Menos para Llull, claro. De nuevo él. Increíble.

Ante Tomic Adelantó al Barcelona a falta de

seis segundos

 ??  ?? LA CANASTA GANADORA. Sergio Llull recibió de Rudy tras un saque que se complicó, entró por la derecha y, ante la defensa de Oleson, dio un pasito atrás y la metió limpia.
LA CANASTA GANADORA. Sergio Llull recibió de Rudy tras un saque que se complicó, entró por la derecha y, ante la defensa de Oleson, dio un pasito atrás y la metió limpia.
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