Histórico Lucas Eguibar: plata en snowboardcross
Primera medalla para España en los Mundiales de Sierra Nevada
Calidad Sólo pudo con ‘Luki’ el francés Vaultier, oro
olímpico
Lucas Eguibar (San Sebastián, 1994) fue plata mundial de snowboardcross en Sierra Nevada. El rider se convierte en el segundo español de la historia
que hace medalla en esta cita tras Queralt Castellet (halfpipe) en 2015.
Ya hay un superhéroe español en los Mundiales de snowboard y freestyle de Sierra Nevada. Se llama Lucas Eguibar, donostiarra de 23 años, y es capaz de hacer magia para mantener el equilibrio sobre su tabla en snowboardcross. Con esos superpoderes, Luki luchó en la Loma de Dílar contra enemigos procedentes de todos los rincones del globo y llegó a la plata mundial. Se convirtió en el segundo español de la historia en subir al podio en esta cita planetaria tras Queralt Castellet (Kreischberg 2015 en halfpipe).
Lo de Eguibar, campeón de la Copa del Mundo en 2015, fue un espectáculo de velocidad e intriga en esta disciplina, en la que compiten seis riders a la vez (pasan tres) y donde el instinto de supervivencia se hace esencial para no quedar fuera de combate. Se corrieron cuatro carreras, desde octavos. Todas frenéticas. Todo sucede en una hora y media. Luki dio un susto en la primera manga y sufrió para colarse entre los tres primeros. Un roce le dejó último y tuvo que remontar...
Pero como cada carrera es una película y él es un superhéroe, se repuso. En cuartos se paseó y quedó primero. En semifinales luchó para entrar en la gran final... y lo consiguió. De nuevo tercero. Surfeaba el peralte del snowpark de Sierra Nevada como si fueran olas de Zarautz, donde se divierte en verano y de vez en cuando visita a su amigo Karlos Arguiñano.
Con el rey Felipe VI en la grada, a Eguibar le quedaba la final. Allí estaban los veteranos Vaultier y Pullin, seis años mayores que Luki, que se fotografiaba con ellos de chaval. En Sierra Nevada ya se miraban de igual a igual… Y el donostiarra saltó del portillón lanzado a por el oro. Con suavidad sobre la tabla, pero con decisión. Se escapó Vaultier, el amo de esto y oro olímpico, y el exceso de ímpetu por llegar a él pudo costarle a Lucas un disgusto. Pero era su día. “Se desató el animal”, como dice su técnico Israel Planas. Y cabalgó hasta la plata, cayéndose en meta. Más épica.
Su hermano Nico, que sufrió un grave accidente, se lanzó a por Luki. “Él me ayuda a ser como soy”, confesaba Eguibar, mientras lloraba de emoción junto a sus seguidores, que no paraban de tocar el bombo. “Bultza Lukitas”, rezaba una pancarta en euskera (algo así como “empuje Lukitas”). A las 17:00, en la Plaza de Andalucía, era ovacionado con la plata al cuello. Ha nacido un héroe.