Karim, ‘todocampista’ en San Mamés
Dio 11 pases en campo contrario. Hizo de rematador y organizador
Posiblemente fue uno de los grandes partidos de Benzema con la camiseta del
Madrid. El galo, siempre bajo el foco de la crítica, asumió todos los papeles posibles sobre el césped de San Mamés
(asistente, rematador, recuperador...). Fue una actuación rompedora. El mapa de calor de Benzema, que recorrió algo más de nueve kilómetros, certifica su actividad a lo largo de todo el campo y en diferentes funciones. En el 4-3-3 que utilizó el Madrid hasta el minuto 62, momento en el que Zidane quitó a Modric por Lucas y alteró el sistema adoptando un 4-42, se distinguió como el jugador del trío ofensivo que más pisó campo propio.
El envite inicial del Athletic
de cargar por la banda derecha del Madrid, con un Lekue enérgico, no contó con la reacción de Bale, que apenas traspasó la divisoria durante todo el primer tiempo. Carvajal tuvo que manejarse en solitario. Benzema, en cambio, giró hacia atrás y se intercaló, por momentos, entre los centrocampistas blancos. No se mostró huidizo en las tareas defensivas. Su labor en la recuperación fue encomiable. Se le pueden apuntar hasta cinco acciones defensivas de mérito y no flaqueó en los duelos individuales (ganó el 63% de los que mantuvo).
Benzema destacó especialmente en la construcción del ataque fijando las transiciones con pases precisos. El galo sumó 26 entregas, de las que sólo erró dos. Con diente y juicio, dinamitó la defensa del Athletic, sin incluir el gol, hasta en tres ocasiones. Tal fue su influencia en el juego del Madrid que, en numerosas ocasiones, bajó a recibir para orientar y armar la salida. Dio 11 pases en campo propio, su segunda cifra más alta de la temporada (ante el Betis, en Sevilla, acumuló 13).
Y tuvo gol. Atinó en Bilbao con una definición extraordinaria. Fue su único disparo a portería en todo el partido. Dio un golpe en la mesa en un engorro de partido para el Madrid. El mejor Benzema asomó en un triunfo de oro.