“Monchi dice adiós pero se queda el socio 8.554”
El director deportivo no ocultó que trabajará en otro club
Con retraso, aunque esta vez más que justificado puesto que había que esperar a la conclusión del entrenamiento para que los capitanes llegaran a tiempo, comenzó la despedida de Monchi en una abarrotada sala de prensa Ramón Sánchez Pizjuán. Un acto que sirvió de preludio al adiós ante toda la afición, que tendrá lugar en la previa del Sevilla-Deportivo, el próximo Sábado de Pasión.
Tomó la palabra primero el presidente Castro, que anunció el adiós recalcando que los motivos no eran económicos, puesto que el Monchi tenía por parte del Sevilla una oferta fuera de mercado, y que en ningún momento debería abonar cantidad alguna como indemnización por su salida.
Ya con el turno de palabra, Monchi desgranó los motivos de su adiós: “Las razones están en consonancia con el agotamiento de 29 años en esta casa. Ya en mayo quise irme y me equivoqué en el momento y las formas, pero mi idea seguía latente. No hay más razones, el único culpable de que estemos aquí soy yo, es un tema personal de necesidad de cambio”.
Además, el todavía director deportivo del Sevilla reconoció tener una oferta del Roma, aunque no la única, pero si confirmó no tener nada firmado con nadie. En el mismo sentido, recordó su edad (48 años) y que su vida no está resuelta, por lo que su intención es afrontar nuevos retos fuera del Sevilla.
Conforme las preguntas avanzaron, la emoción se fue notando en la voz de un Monchi que incluso tuvo que hacer una pausa cuando tuvo que tratar el tema del cariño de la afición, por las lágrimas que afloraban en sus ojos.
Como colofón, el de San Fernando leyó una carta en la que resumió sus sentimientos: “Se abre una etapa más bonita y emotiva si cabe, una etapa con la que siempre he soñado, la del socio 8.554. La del Monchi sevillista, aquel que, a partir de ahora, cuando venga al estadio, será un guardián de Nervión más, sentado al lado de mi gente, de mis hermanos, de los que sienten como yo porque, como todos ellos, a mí no me late el corazón, me late tu escudo. Gracias, Sevilla”, espetó antes de ser ovacionado.