El tenis no respeta su Davis
“Y SI EL PASO DEL
TIEMPO LA HA DAÑADO
Y NO FUNCIONA, HABRÁ
QUE CAMBIARLA”.
Señoras y señores de la ATP y de la ITF, hay que buscar una solución a la Copa Davis. Si las principales raquetas se ausentan de la competición una y otra vez, porque un viaje largo o un cambio de superficie rompen su programación o descuadran sus cálculos de puntos en el ránking, es porque existe un problema. Djokovic decía hace tres días: “El fan del tenis lo entiende, pero los
que no siguen este deporte, no”. Con todos los respetos, Nole, hay aficionados al tenis que tampoco lo entendemos. A no ser que se deje fuera de la definición de ‘fan’ a los discrepantes. Me gusta el sabor añejo de la Davis. Y también que exista un evento por países, que aporta otros atractivos diferenciadores. Pero si el actual formato está agotado, como parecen evidenciar las reincidentes bajas, es cuestión de sentarse y resolverlo. Sin hipocresías.
España acudió a Belgrado sin Nadal y Bautista. Antes de la eliminatoria, Miguel Díaz, presidente de la RFET, dijo: “Hay que conocer las
interioridades del tenis”. Era su manera de justificarlo y de responder a las críticas. Pero ese no es el camino. La Selección cayó fulminada en dos días: 3-0. ¿Qué interioridades llevaron a eso? Antes del cruce, a Djokovic le sorprendió la alineación: “Es
raro no ver a otros tenistas”. Y después del cruce, Conchita Martínez llamó a “recuperar el compromiso de los jugadores”. Esos análisis llegan desde el corazón del tenis. El problema está dentro, no fuera. Si existe una competición con el prestigio de la Davis, hay que honrarla. Y si el paso del tiempo la ha dañado y no funciona, habrá que cambiarla. Pero, se deje de esta forma o se transforme en otra, lo que merece es el respeto del propio tenis.