AS (Baleares)

¡Cómo hemos cambiado!

- DESDE LA TELE XABIER FORTES

El Celta de mi infancia sólo entraba en éxtasis cuando estaba en juego la permanenci­a y anoche se enfrentaba al mismísimo Manchester.

Un Mou más British. Hace trece años Mourinho cubrió en autobús el trayecto Oporto-A Coruña quejándose del árbitro. Al conductor, al masajista y hasta a los empleados de las cabinas de peaje les iba soltando la misma chapa: que no le habían pitado tres penaltis en el partido de ida, que ya se sabía cómo eran los españoles, que les tenían envidia desde Aljubarrot­a... En aquella semifinal de la Champions su equipo se clasificó en Riazor por una pena máxima y así fue normal que el personaje acabase devorándol­o. En el Real Madrid mostró su versión más acabada: la culpa era del calendario, de la UEFA, o de Unicef. Pero esta última estancia en el Reino Unido le ha cambiado. A Vigo ha llegado más canoso, más British, repartiend­o elogios. Incluso dijo que estar en Galicia era para él como estar en casa, que esto es más Portugal que España.

Se metió a los independen­tistas en el bolsillo.

El Celta también ha cambiado. El Celta de mi infancia vivía jornadas de éxtasis sólo cuando la permanenci­a estaba en juego en la última jornada, como en la temporada 78-79. Había más gente en Balaídos

que en el partido de ayer noche. No existían los tornos, y los que se colaban trepaban hasta el techo de las cubiertas o a las torres de iluminació­n. Yo tampoco tenía entrada y acabé en el palco sin saber ni cómo. Me salvó un policía amigo de mi padre. Dijo que era el hijo del gobernador. A mi lado la gobernador­a llamaba a gritos “comunista” a Aguinaga, el portero del Atlético, cada vez que despejaba con el puño cerrado. Vestía una camiseta Puma de color rojo. No se pensaba más que en metas existencia­les hasta que con Txexu Rojo se llegó a la final de Copa del 94, pero ya se sabe que los penaltis no se tiran de ‘Alejos’. Luego cambió todo, con Víctor Fernández llegaron Mostovoi, Karpin y Revivo, y eso fue como cuando Cruyff juntó al Dream Team, pero sin ganar nada.

Europa, Europa. Huérfanos de títulos, el celtismo se ha fijado en Europa para estrenarse, pero esta Europa es neoliberal y sólo sabe de cifras. La media salarial dice que cada jugador del Manchester cobra siete veces más que su oponente en el Celta. Quizás fue por eso que en todas las luchas individual­es se impusieron los diablos rojos a los célticos, salvo en la portería, donde Sergio fue un semidiós que paró todo y al que sólo derrotó una falta lanzada por Rashford como una flecha en una batalla en el Peloponeso. Queda el partido de vuelta y fuera de casa es donde los vigueses han conseguido todas sus clasificac­iones este año. Confiemos que con el lío que se trae Teresa May con Bruselas a cuenta del Brexit para entonces la libra ya se haya depreciado.

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 ??  ?? GRAN AMBIENTE. La afición del Celta recibió al equipo con un ensordeced­or griterío al llegar a Balaídos.
GRAN AMBIENTE. La afición del Celta recibió al equipo con un ensordeced­or griterío al llegar a Balaídos.

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