La primera, la del 66, con elástico y siete rayas
Comienza la cuenta atrás, y a todos los atléticos se nos empaña el alma recordando ese instante especial que hemos vivido en el Calderón.
Y el de todos lo ha vestido una camiseta del Atlético. Cincuenta años de camisetas que han ido cambiando con el paso del tiempo, pero que ha mantenido siempre intacta la ilusión por estos colores. La primera, la del 66, tuvo el honor de ser la última del Metropolitano y la primera del Calderón, por lo que no podía tener mejor protagonista que Don Luis
Aragonés. Con ella marcó el primero, y con ese gol, la colocó a la altura de la
Intercontinental en el museo del club. Era una camiseta, como las de antes, de algodón y de manga larga. De las que huelen a fútbol. De la marca Mont Hall, distribuida por Cóndor, suponía toda una revolución. Su cuello llevaba un triángulo elástico que evitaba su ruptura en caso de agarrón. Tenía casi todo lo que debe tener una camiseta del Atleti. Rojiblanca, por supuesto, con siete rayas, cuatro blancas y tres rojas, siendo roja la del centro y esa esencia que pone los pelos de punta al ponerte frente a ella. A aquella camiseta que Don Luis hizo mítica, solo le faltó el escudo, que regresaría al pecho en el modelo posterior, pero que no impide afirmar que aquella, la primera, fue una de las mejores camisetas que ha vestido nuestro Atleti.