Nadal no se despista y barre al extraño Kyrgios
Partido completo del español, que se mide hoy en cuartos a Goffin
Rafa Nadal ganó ayer con menos problemas de los previstos al excéntrico Nick Kyrgios, que empezó correcto, se desinfló al final del primer set y desapareció totalmente en el segundo. El español no se desconcentró en ningún momento ante las excentricidades del australiano, que se tornaron en indolencia cuando el partido se le puso cuesta arriba. Nadal le pasó por encima sin piedad (6-3 y 6-1) con un juego claramente mejorado con respecto a su debut en el Mutua Madrid Open ante Fognini. Restó de maravilla contra un rival de potente servicio, sacó bastante bien y la derecha le corrió más. En resumen, su actuación fue muy completa. Enfrente, un joven raro de 22 años con unas condiciones físicas y tenísticas envidiables, pero que no acaba de tomarse en serio esto del tenis. Hay que quererle como es y si algún día se centra puede ser un número uno, pero de momento...
Nadal tendrá hoy enfrente (16:00) a un contrincante serio y equilibrado, muy diferente a Kyrgios, que a buen seguro le pondrá muchos más problemas: David Goffin. El belga mandó para casa sin despeinarse a Milos Raonic (6-4 y 6-2). Solo hay un precedente, pero es bien cercano, semifinales de Montecarlo con victoria del balear por 6-3 y 6-1 tras una decisión del juez de silla que no gustó a Goffin (dio por buena una bola de Nadal que se había ido fuera por un palmo) y le descentró. Buen inicio. Atrás quedará el extraño partido que tuvo que encarar Nadal ante el rebelde Kyrgios, que asustó de entrada al respetable (lleno hasta la bandera en la Manolo Santana) por los brutales golpes con los que presionó en los primeros juegos. Pero a Nadal se le veía bien, fresco, más cómodo sin viento y algo más de frío, condiciones que hicieron de la tierra una superficie más lenta y controlable para él. El de Manacor se apuntó un break en el cuarto juego y le contestó Kyrgios, aún intrigado por el partido. Pero Nadal volvió a romperle el saque y, por lo visto, también desconectó su interés. En un descanso, Nick dibujó cruces con la raqueta en la arcilla. Se había ido. Luego tiró bolas blandas a media pista y se comió los pasantes de Rafa. Tiene mucho que aprender de una leyenda.