AS (Baleares)

Terry Venables “Cristiano es poderoso; Greaves era como Messi”

- GUILLEM BALAGUÉ

Greaves y Venables nacieron a sólo siete millas y con tres años y 35 días de diferencia. Sus vidas futbolísti­cas se entrelazar­on cuando jugaron juntos para el Chelsea, desde los 17 años, y luego en el Tottenham. Venables, ahora propietari­o del hotel ‘La Escondida’ en Alcoi, habla de su gran amigo...

¿Recuerda la primera vez que coincidió con Jimmy Greaves?

—Curiosamen­te, sí. Jimmy era tres años mayor que yo y, desde que estaba en el Sub-11, todo el mundo hablaba de él. “¿Quién es este niño?”, solían decir. Iba a verlo jugar y era especial. Lo solía observar y me decía: “Yo quiero hacer eso”. Y le buscaba después, hasta cuando cogía el autobús, para seguir aprendiend­o, incluso de la forma en que caminaba. Era realmente diferente.

—¿Ya se veía lo bueno que era como delantero?

—Si mira sus cifras de entonces verá que había partidos en que marcaba cuatro o cinco goles. Era increíble. En el primer equipo, todos nosotros entrenábam­os y trabajábam­os duro, pero Jimmy era simplement­e brillante. Y lo hacía de manera regular.

—¿Cómo era entrenando? ¿Se entregaba? —En realidad no necesitaba hacerlo. Jimmy era simplement­e fantástico. Le repito, tenías que verlo para creer lo talentoso que era. Podía hacer con el balón cualquier cosa. Si jugábamos partidillo­s, Jimmy a veces se ponía en la portería. Era genial, un hombre encantador. En realidad, me recuerda mucho más a Leo Messi que a Cristiano Ronaldo. Una especie de personaje Dickensian­o, como Artful Dodger. Tenía ese ajustado control del regate de Leo. Jimmy solía llevar pantalones cortos y anchos como Messi, y yo le decía, “¿qué vamos a hacer si llueve? Esos pantalones van a ser tan pesados que no podrás llevarlos”.

—¿Estaba por encima del resto, pues?

—Jugó al principio contra algunos de los grandes, jugadores como Tom Finney y el gran equipo de Wolves con Billy Wright, y se los comía.

—Cuéntenos algo que nos dé una idea de su nivel...

—Mi debut en casa fue contra el West Bromwich Albion. Me dijo que me recogería en su coche, porque yo solía llegar al campo en el autobús. En el camino dijo que nos pararíamos para comer algo. Pensé que era extraño porque teníamos partido, pero me dijo que siempre lo hacía. Yo estaba muy nervioso. Era mi segundo partido y no quería llegar tarde. “No te preocupes”, dijo. “Estaremos allí a tiempo”. Ellos lo conocían, por supuesto, y yo pedí un poco de pollo cocido sólo para complacerl­o. Así que la comida empezó a llegar: roast beef, pudding de Yorkshire, un montón de patatas y un gran muslo de pavo, todo lo que pueda imaginar. “¿Estás loco?”, le dije. “Se nos dice que no comamos antes de jugar”. Y me dijo: “Hago esto cada semana”. Le dije: “Me estás tomando el pelo”. Se comió todo el lote, no le engaño, saltó al coche y llegamos al campo. Todos los jugadores estaban en el vestuario. Ganamos el partido 5-4 y Jimmy anotó los cinco goles.

—¿Por qué no triunfó en Italia cuando fue al Milán?

—Se decidió en el último partido de la temporada y al final quisieron que fuera porque en ese momento era mucho dinero. Simplement­e no le gustó. Sentía nostalgia. La gente olvida que en aquel momento las cosas eran diferentes y que muy pocos jugadores británicos tuvieron éxito en Italia. Gerry Hitchens lo intentó, también Joe Baker y más tarde tipos como Ian Rush. De hecho creo que John Charles fue el único jugador en ese periodo que triunfó en el extanjero.

—¿Cómo compararía a alguien como Cristiano Ronaldo con Jimmy Greaves?

—Tienes gente como Ronaldo que es poderoso y llamativo, no en el mal sentido, sino porque es un jugador brillante. Pero lo que me molesta de alguna manera es que aunque Greaves marcó muchas veces cuatro o cinco goles por partido, y lo hiciera de manera regular, no hay realmente material de archivo que muestre lo gran jugador que era. Para mí es una lástima que los jóvenes de hoy no lo hayan disfrutado. Hacía lo mismo que Messi y de manera regular.

—¿Cree que recibió el elogio, los aplausos y el dinero que se merecía después de retirarse?

—Son tiempos diferentes. No puedes cambiar lo que no sucedió. Estamos malcriados, de alguna manera, y la gente habla de dinero en el fútbol todo el tiempo. No deberíamos preocuparn­os de eso, sino aceptar que así es como es y disfrutar de ello. Con las estrellas de cine pueden hacerlo una y otra vez, pueden intentarlo y si no funciona bien decir, “corten” e intentarlo de nuevo. Un futbolista no puede hacer eso ni en un entrenamie­nto ni en un partido. Es real y es en vivo. No se puede decir: “Lo siento jefe, déjeme atacar otra vez y tal”. Es real, está ahí y es lo que es. Y el futbolista merece lo que recibe.

Greaves

“Era increíble. Tenía un ajustado control del

regate”

Ídolo “Me gustaba aprender de él hasta la forma que tenía de caminar”

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