El Leganés ampliará Butarque
El plan es aumentar la capacidad hasta los 16.000 espectadores a finales de 2018
Presupuesto
El Leganés tiene el presupuesto más bajo de Primera:
42,8 millones
Beneficios
El club ha terminado el curso con un superávit de
2,5 millones
El Leganés, el presupuesto más bajo de Primera, ha salvado la categoría gracias al éxito del maridaje entre la gestión deportiva de Garitano y la pericia financiera de la familia Moreno. La continuidad del equipo en la élite permitirá asentar las
bases de su proyecto económico gracias a los ingresos de televisión. El objetivo: quedarse muchos años entre los mejores.
La continuidad del Leganés en Primera roza el milagro. El novato de la categoría es también el presupuesto más exiguo: 42,8 millones de euros que lo mandan al farolillo rojo de la clasificación económica por detrás de Eibar (43 millones), Alavés (50), Osasuna (52), Sporting (52,5) y Granada (57). Madrid (695 millones) y Barça (675) juegan en otra galaxia.
Los pepineros son un ejemplo de gestión deportiva y empresarial. La primera la lidera Asier Garitano. La segunda, el matrimonio de Victoria Pavón (presidenta) y Felipe Moreno (máximo accionista). La alianza de estas áreas, banquillo y despachos, hace que ambas luzcan músculo retroalimentándose en una simbiosis que promete dar más frutos: salvo sorpresas, el entrenador de Bergara seguirá en Butarque al menos una temporada más.
Él, Garitano, tiene buena culpa del salto cuantitativo que han experimentado las cuentas. En Segunda, con un equipo de 3,3 millones de presupuesto, el Leganés ascendió a Primera, lo que permitió aumentar su volumen de negocio hasta los citados 42,8 millones gracias a los derechos de televisión. El 93% de ese presupuesto, unos 40, proviene de la pequeña pantalla. Por eso la permanencia era tan importante. Salvarse ayudará a que el dinero de la tele no deje de fluir y consolidará unas cuentas que este año se han saldado con un superávit de 2,5 millones tras ajustar mucho los gastos gracias a una política de obsesiva austeridad.
Cero lujos, es el lema de una directiva maniática en el control de dispendios. Sirva como ejemplo que, hasta la presente temporada, la plantilla viajaba en un bus sin personalizar y el palco carecía de azafatas. Todo con tal de focalizar los gastos en lo importante: salarios de plantilla, fichajes e infraestructuras. Los primeros se llevan casi dos tercios del gasto (26,75 millones). En traspasos apenas se han invertido 4 millones y en servicios exteriores, 4,7. Aquí entra la reforma del estadio hecha a principios de curso y las obras de mejora de la Instalación Deportiva Butarque, cuyo final están previsto para finales de mes.
Precisamente las obras del estadio ocuparán parte de un presupuesto que, para la próxima temporada, rondará los 4546 millones. El club tiene en mente un plan estratégico de ampliación del recinto que, desarrollado en tres fases de 6 meses, debería dejar Butarque a finales de 2018 con 16.000 butacas. Actualmente cuenta con 11.000. El resto del dinero se invertirá en fichajes sin usar el as de los traspasos como recurso con el que obtener ingresos. El Lega no quiere ser un club vendedor, sino crecer reteniendo a sus mejores futbolistas y acertando en las contrataciones. El resto será cosa del maridaje entre una excelente gestión deportiva y una también excelsa gestión financiera.