Adiós Vicente Calderón, adiós

Al final de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia como es Blade Runner, el replicante Rutger Hauer, tras relatar una serie de fenómenos inauditos por él vividos, remataba con la famosa frase: “Y todos estos momentos se perderán como lagrimas en la lluvia “.

No, falso. Nunca. No en el caso de nuestra casa, nuestro templo, que a partir del próximo domingo, 28 de mayo, ya será eterno.

Sus letras ya cinceladas para siempre en los corazones de todos los que sentimos en rojo y blanco. Esas letras que en los pasados 50 años han derramado gotas de sudor y algunas lágrimas.

Y, por encima de todo, instantes imperecederos, momentos de éxtasis, de comunión, fogonazos ante los que la vida se para, el abrazo a tu hermano de sangre, o a un desconocido, a uno de los miles que en todos estos años han compartido contigo la afición por unos benditos colores y, sobre todo,una forma de ser y de vivir.

Atlético de Madrid. Manzanares, ya eres inmortal.

No te digo adiós, Calderón, porque uno no puede despedirse de aquello que siempre sentirá vivo en lo más profundo de su corazón.

Martín Serradilla Ramos

Madrid