AS (Baleares)

El faro de Silva y la amplitud de Carvajal y Alba

Macedonia dispondrá un muro

- DE JAVIER SILLÉS

Partido de riesgo. La visita a Macedonia representa una complejida­d mayor de lo que puede parecer. Lo inoportuno de la fecha, el condiciona­nte del estado del césped y la férrea disposició­n defensiva rival requieren a la Selección un ejercicio de temple, forzada a apoderarse del encuentro desde la velocidad en la circulació­n y la imaginació­n en la fase final del ataque. Tiene que ser un equipo más vertical que horizontal y con ritmo en las transicion­es.

Los carriles. Macedonia levantará un muro alrededor de Dimitrievs­ki (suma tres partidos sin recibir un gol). Se desplegará con su clásica defensa de cinco, agresiva en las disputas y entusiasta en las ayudas. Con el empeño manifiesto de achicar el campo engordando el pasillo central, se atrinchera­rá en posición permanente de espera. La reducción de espacios en zonas interiores abrirán la puerta por las alas. Sería una buen plan para España agitar su ofensiva con el recorrido de Carvajal y Jordi Alba y la agitación de Vitolo. Empezar por un costado y finalizar en el otro. Los de Angelovski no cierran con rigurosida­d el lado débil.

Luz canaria. Nadie como Silva para destapar al rival en el último tercio del terreno de juego (siete goles y tres asistencia­s durante la era Lopetegui). No sólo lo hace a través de la lucidez con la pelota, también con sus desmarques desde atrás. El canario rompe por sorpresa e invita a una salida a Thiago e Iniesta. Dinamismo ante el rígido entramado macedonio.

Fluidez en el medio. No le conviene a la Selección adormecer el encuentro. Macedonia se sentirá cómoda bajo ese parámetro. El conjunto de Lopetegui se entregará a la dirección de Thiago e Iniesta, ejes de la escena en la medular. De su impulso futbolísti­co dependerá la versión de España en Skopje. Se necesita agilidad en los desplazami­entos para descompone­r las líneas macedonias. Pocos toques y asociacion­es continuas con los laterales, Silva, Vitolo y Diego Costa.

Posición de nueve. El papel de delantero centro en la Selección resulta poco agradecido por las particular­idades del sistema de juego español. Diego Costa encabezará la labor de desgaste a la que Lopetegui pretender someter a los centrales macedonios. Mojsov, Shikov y Ristevski no destacan por su cintura y capacidad de aceleració­n. Morata podría acabar la faena.

Rudimentar­ia. Poco puede proponer Macedonia en ataque, una selección de limitado encanto ofensivo. Desestima la posesión como vía de exploració­n (un 37% de promedio sin contar el choque ante Liechtenst­ein) al optar por la segunda jugada y la estrategia de Aliovski. Muy solos Nestorovsk­i y Pandev cuyas marcas no debería causar insegurida­des en Piqué y Ramos.

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