Los nuevos tiempos y Marco Verratti
En un tic de mal aficionado que reconozco, cuando oigo hablar de tal o cual jugador del que no tengo excesiva información, acudo a Internet en busca de algún pequeño reportaje sobre sus mejores jugadas. Allí se pueden encontrar vídeos de pocos minutos que no te permiten sacar conclusiones más allá de que el jugador es, al menos, capaz de hacer eso a veces. De Verratti se puede observar que es bueno en el quite, bueno en la resolución en espacios cortos y bueno girando sobre sí mismo tipo Isco. En eso que los aficionados de a pie llamamos en tono un tanto jocoso “hacer la peonza“. En el pase largo no esperemos genialidades. Pases bien templados al espacio, pero lejos de un genio. Conscientes de que sacar conclusiones de un reportaje así no deja de ser una aberración futbolística, al menos sí da para una reflexión: ¿Es juicioso pagar las cifras mareantes que se barajan por un jugador de ese perfil? Hasta hace poco teníamos la idea que tales cifras se pagaban o por el gol o por un jugador distinto. Y Verratti no parece tener lo uno (los goles), ni ser lo otro (decididamente no es ningún genio). ¿Qué pasa entonces? Que en estos tiempos los agentes lo manejan todo e inflan el mercado de una manera irreversible. Y no sólo el Barça parece haber caído en ese juego. El Madrid es víctima de lo mismo y ha pagado o va a pagar millones por jóvenes sin hacer que bien pudieran quedarse en proyectos de estrellas o de rentabilidad discutible. Esa frase que en su día se hizo famosa en aquella presentación de Huntelaar en el Madrid de “más cantera y menos cartera“cobra actualidad y se convierte en una imperiosa necesidad para la supervivencia de los clubes y del propio fútbol.
Alberto Rodríguez
Burgos