AS (Baleares)

Gales sobrevive ‘sin’ Bale

Woodburn fue el héroe de nuevo: jugadón y asistencia

- MANU DE JUAN

A punten su nombre: Ben Woodburn. Tiene sólo 17 años, pero su carta de presentaci­ón con Gales no ha podido ser mejor: tras marcar el gol del triunfo ante Austria, ayer sacó las castañas del fuego a los dragones en casa de Moldavia con su asistencia a Robson-Kanu, tras agarrar el balón en el mediocampo y plantarse en el área con un alarde de velocidad y chispa. Sobre ese mismo césped, Bale perpetuó su estado de depresión con una actuación preocupant­e; ya ni Gales, el ecosistema donde el extremo blanco se siente capitán-general, consigue despertar las cualidades que hizo gala en el Tottenham y en su primer año en el Real Madrid. Pero Gales supo sobrevivir sin su jugador franquicia para, no sin apuros, sacar los tres puntos en Chisinau y arrebatarl­e a Irlanda la segunda plaza del grupo, la que da acceso a la repesca. A la espera de que Bale abandone el diván, Coleman puede ponerse en manos del imberbe Woodburn para soñar con estar en el Mundial de Rusia 2018, algo que Gales no logra desde Suecia 1958.

Moldavia, convencida de su plan, defender con diez en campo propio y fiarlo todo al balón parado y a alguna acción aislada, no mereció dos goles de distancia. Los locales se protegiero­n con vigor y aguantaron bien las acometidas de Gales, protagoniz­adas por Allen en la creación y por Robson-Kanu. El delantero es un compendio de virtudes y defectos: aúna buenos controles y desmarques interesant­es con una puntería discutible y una tendencia excesiva a sacar los codos a pasear. El árbitro le perdonó la primera, pero le castigó cuando hizo sangrar a Graur en una pugna. Bale, que arrancó en la derecha y acabó por donde le dio la gana, se fue de Moldavia con apenas un par de tiros centrados y otros muchos sin siquiera ver puerta.

La exhibición de controles, taconazos, disparos y desbordes de Woodburn, al que Coleman recurrió a media hora del final, acentuó la tormenta en la que Bale vive estos días. Aunque todo pudo quedar en anécdotas si Hennessey no saca una mano salvadora en el 92’, a tiro de Cojocari. En la jugada siguiente, Ramsey hizo con cierta fortuna el 0-2 y Dedov rozó por milímetros uno de los goles del año. Apenas detalles en la fiesta de Woodburn, el último grito del fútbol galés a la espera de que Bale espabile.

Sin acierto Bale sigue en depresión: dos tiros centrados fueron su aportación

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