AS (Baleares)

Un Atleti que dio pena

El Atlético empató ante el Qarabag en un lamentable partido. La hinchada local lo celebró como si hubiera ganado y el punto complica mucho la clasificac­ión para octavos.

- desde la grada F. J. DÍAZ

Empate. La afición del Qarabag celebró el empate como si fuera una victoria. No es de extrañar. Sinceramen­te dio pena el Atlético en Bakú. Pocas veces he visto tan impotente al equipo del Cholo. Pena por ver centros lanzados sin peligro, a la olla, a la desesperad­a... Pena porque con diez el Qarabag se creyó que podía ganar. El equipo fue un manojo de nervios, cada uno por su lado, todo lo contrario de lo que debe ser. El Atlético está jugando con fuego y lo puede pagar caro.

Bajón. No se sabe muy bien el motivo, pero da la impresión de que el Atlético ha experiment­ado un pequeño bajón después del parón de seleccione­s. El equipo pareció apático en algunos momentos, lejos de esas ganas de antaño. Este Atlético no es el que espera la afición rojiblanca. Ni mucho menos. Sin ideas. Lo de los últimos minutos rozó lo esperpénti­co. Éste no es el crecimient­o que dice el Cholo.

Sin gol. Parece mentira que el Atlético tenga tantos delanteros y, se presume, de calidad. Griezmann no está enchufado, le falta chispa y se nota. Gameiro no ha jugado y parece que no está para mucho. Torres tampoco pasa por su mejor momento y sólo Correa da muestras de peligro. Con tantos puntas y el Atleti no hace goles. No hace mucho fútbol y cuando lo crea, falla ocasiones claras. Y los rivales se crecen.

Ocasión. Simeone dio oportunida­des a Gameiro y a Gaitán y no las aprovechar­on. No disponen de muchos minutos, pero por lo visto no se hacen acreedores de muchos más. Hemos pensado que el Atlético tiene una de las plantillas más completas de su historia, pero algunos se están ganando la puerta de salida. En realidad, es fácil cebarse con ellos, pero nadie rindió como se esperaba. El club hizo un esfuerzo grande por aumentar fichas, salarios y ahora los jugadores deben responder. Señores, así no.

Carrasco. Se marchó del campo con cara de pocos amigos y enfadado cuando fue cambiado. Con el primero que tiene que estar enfadado es consigo mismo. No le salió una a derechas y a un jugador de su calidad se le tiene que pedir mucho más. Carrasco no ha terminado de entender que por encima de todos está el equipo.

Bakú. La afición del Qarabag vivió a lo grande el partido, disfrutand­o con la visita de un equipo importante del campeonato español. Y empujó, claro que empujó, como había pedido su entrenador en la previa. Azerbaiyán no tiene un gran nombre en el fútbol, pero sus jugadores tienen hambre, necesidad de darse a conocer y estos encuentros sirven para esto. El estadio no se llenó, pero los que fueron se lo pasaron en grande. Y cuando acabó festejaron el punto.

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