La metamorfosis de Costa en tres meses: diez kilos menos
El Profe le puso a punto con dieta estricta y boxeo
D os meses y 27 días es la distancia entre las dos fotos. A la izquierda, Diego Costa en su primer entrenamiento en el Cerro del Espino, nada más regresar al Atlético, 4 de octubre de 2017. La de la derecha es de hace dos días, 3 de enero de 2018, su primer partido con la rojiblanca. Entre las dos, además de 91 días, también hay diez kilos de diferencia. Los que de octubre a enero el Profe le ha quitado al delantero.
Su receta ha sido entrenamiento, dieta (cinco comidas al día, todo a la plancha o vapor) y un añadido del preparador físico rojiblanco: el boxeo. Así mejoraría la propiocepción y coordinación de Costa en el campo. Fueron cuatro sesiones con un monitor especializado, y bajo la atenta mirada del Profe, en el gimnasio propiedad de Torres, Nine Fitness, en Embajadores.
Cuando el miércoles Costa recibía las últimas órdenes de Simeone en la banda, muchos buscaron en su barriga algo que ya no estaba: era aquella que habían visto este verano, cuando el delantero seguía en Lagarto y un vídeo de Instagram revelaba que, quizá, estaba perdiendo la forma, tras meses sin competir, los asados de su abuela Romana y las pachangas con amigos como único entrenamiento.
Una forma que, por cierto, no era tan alarmante como en aquella pretemporada de 2010, cuando se presentó con 13 kilos de más. Aun así, nada más pisar Madrid para entrenarse con el Atlético mientras esperaba el fin de la sanción FIFA, este enero de 2018, Costa ya avisaba: “No me da miedo la báscula, me da miedo el Profe Ortega”. El Profe Ortega y su plan físico, casi matemático, con la cuenta de las calorías que ingería y quemaba, que medía hasta su hidratación. El resultado, a la vista está. Otro Costa. Más fino, a diez kilos de distancia del que llegó.
Sesiones Hizo trabajo específico mes y medio en el Cerro con Ortega