Bonera, el padre de la futura Roja
Cuando Bonera firmó en el Brescia (1995), Raba ni existía. Y cuando debutó en la Serie B (98), Rodri y Fornals gateaban. Con 36 años, el marcador de Cristiano y Bale es el ejemplo que resume a un
Villarreal histórico con su primer triunfo en el Bernabéu: a cada adversidad, da una mejor respuesta. Si el
Submarino logró trasladar al Madrid su luto, él protagonizó otra faena que coronará su carrera. Internacional con
Italia, con más de 300 tardes en el Calcio y jefe del Milán nueve años, jugó 1.081’ con Marcelino y 900’ con Escribá. Y, aun así, renovó. Es un padre para el vestuario.
Él es el consejero de un equipo al que Calleja ha devuelto el brillo y que si no vuela más alto es porque añora a sus pilares. Este Villarreal tiene un futuro inmejorable del que se está beneficiando y se beneficiará la Selección. Asenjo, Mario, Fornals y Bruno fueron alistados hace nada y lucharán ahora por reengancharse al Mundial. Álvaro, imperial otra vez, ya pasó por la Sub-21, como Marín. Y no descarten animar pronto a perlas como Rodri y Castillejo, cuyo paso por la Rojita sólo fue un anticipo. El pivote parece un veterano. Y el diez ha olvidado todo artificio y ya tiene pinta de estrella. Ojalá Roig espante a los ricos.