AS (Baleares)

Zidane tiene un mes para arreglar el Madrid

Maneja muchas patatas calientes antes de la visita del PSG el 14-F

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Un mes para la ida contra el PSG, donde el equipo se juega gran parte de la temporada, y Zidane necesita remendar un Madrid deprimido. Los problemas acechan: su equipo ha perdido gol, hay jugadores clave bajo la lupa, desconfía del Plan B y el bajón físico en las segundas partes es crónico...

Que vuelva el gol. “No quiere entrar, no quiere entrar...”. Zidane sólo encontraba esa explicació­n al 0-1 con el Villarreal. Pero no es algo puntual. Su Madrid ha ‘perdido’ un gol por partido de la pasada Liga a esta, bajando el promedio de 2,78 goles a 1,77. Cristiano ofrece un respiro europeo (nueve goles) pero en Liga no levanta cabeza y apenas recibe ayuda. Tampoco aparece la épica de Sergio Ramos. Este curso, un gol. A estas alturas del pasado, seis. Es la tónica de este Madrid regañado con el gol.

Escasez de gasolina. La alarma saltó en el Clásico. Tras una primera parte en la que maniató al Barça, fue empezar la segunda y el Madrid se derrumbó. Tampoco fue capaz de sostener el 1-2 relámpago de Bale en Vigo. Zidane aseguró que no era una cuestión física: “Estamos bien. Correr, corremos. Es más lo del segundo gol de ellos, una sucesión de errores...”. Tres días después, el discurso cambió. “Nos faltó gasolina”, empezó a reconocer Zizou tras el 2-2 con el Numancia en otra segunda parte de brazos bajados. En los últimos cinco partidos de Liga (Athletic, Sevilla, Barcelona, Celta y Villarreal) no marcó en la segunda mitad. El Madrid que volaba ha desapareci­do.

Los pesos pesados. Hay nombres esenciales en el esquema de Zidane que están bajo la lupa. No sólo Cristiano y su gafe liguero, Marcelo escuchó contra el Villarreal los pitos del Bernabéu, Kroos no alcanza la regularida­d y Carvajal, por culpa de la pericardit­is y tres sanciones casi consecutiv­as (dos en Liga y la de la UEFA que le impedirá jugar la ida contra el PSG), está desconocid­o. Y queda la espinosa cuestión de Benzema, al que aún le queda una semana para volver. Isco, suplente en el Clásico, ve peligrar su puesto...

La segunda unidad. A Zidane tampoco le funciona el Plan B. Ni confía en él (ahí está el caso Ceballos

y su ostracismo) ni buena parte de ésta le responde cuando toca (Theo, Marcos Llorente...). Asensio se ha

desenganch­ado desde la

Supercopa de España y su doblete al Valencia y Zidane tiene en su debe la situación de Borja Mayoral. Ve portería cada 120 minutos y ha marcado en Liga, Champions y Copa, pero tiene que contentars­e con jugar ratos sueltos. Zidane no le da más de diez minutos en un partido de Liga desde el 20 de septiembre (frente al

Betis)... Una segunda unidas recuperada apretaría a los titularísi­mos.

El balón parado. Una suerte que al Madrid le daba muchos más réditos la temporada pasada. Uno de cada cuatro goles en la 2016-17 fue así. En esta, es uno de cada siete (10 goles de los 68 que ha marcado en total). La triunfal campaña fue la culminació­n de una sociedad que parecía tocada por los dioses, la de Kroos y Ramos. La fórmula, balón del alemán y diana del camero, se repitió seis veces. En esta aún no se han encontrado.

Fragilidad. Desde finales de noviembre y en el Bernabéu, el escenario de la ida contra el PSG, el Madrid es más vulnerable. El Málaga le hizo dos goles, los mismos que el Borussia en Champions (3-2), y Fuenlabrad­a (2-2) y Numancia (2-2) en Copa. Zidane necesita aumentar esa solidez porque el PSG es una apisonador­a a domicilio. Consigue 3,1 tantos por partido lejos de París. En Glasgow le endosó cinco al Celtic y en

Bruselas le endosó cuatro al Anderlecht...

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