Los Fernández Ochoa no están solos

Para ver Pyeonchang 2018, unas veces hay que trasnochar y otras, madrugar. Nuestro redactor Juanma Bellón, o lo que queda de él, puede dar fe. Por eso, los aficionados no suelen conocer lo que ocurre en Corea hasta que se despiertan. Ayer tocó lo segundo. Pasados unos minutos de las siete de la mañana, Regino Hernández, de 26 años, nacido en Ceuta y afincado en Mijas, conquistó el bronce en snowboardcross, un deporte emergente, tan del gusto del COI. España amaneció con la noticia de que un compatriota había ganado una medalla olímpica 46 años y dos días después del oro de Paco Fernández Ochoa que abrió el grifo en Sapporo, también en Asia, y 26 años menos cinco días después de que su hermana Blanca lograra su bronce. Los Fernández

Ochoa ya no están solos. Y aún falta Superjavi. En la víspera de los Juegos ya habíamos escrito que España partía esta vez con cuatro bazas objetivas de medalla. Luego podrían ser o no, porque esto es deporte de alto nivel. Los podios no se regalan. Queralt Castellet acabó séptima el martes. De esas cuatro balas, paradójicamente, Regino era quien menos posibilidades inspiraba. Pero el deporte también tiene estas cosas. Lucas

Eguibar, plata mundial, salió entre los favoritos, pero se cayó al inicio de la eliminatoria de octavos, mientras que Regino superó rondas, solvente y seguro, hasta auparse al podio. Los Fernández Ochoa triunfaron en esquí alpino, el deporte rey de la nieve. Pero ahora han surgido nuevas disciplinas, donde España ya se había mostrado competente en Mundiales y Copas del Mundo, en resultados y en organización. Hay una mina que explotar.

“...REGINO SUPERÓ

RONDAS, SOLVENTE

Y SEGURO, HASTA

AUPARSE AL PODIO”.