El Albacete inmoviliza al Oviedo en el Carlos Tartiere
Partido trabado y con pocas ocasiones de gol
EI partido fue una guerra de guerrillas. Un choque con armadura en el que cada balón dividido cobraba una importancia vital. Nada de mirar a la portería rival. Del cuerpo a cuerpo salió un encuentro tosco y aburrido para el espectador, ansioso de más acciones en el área. El punto deja más satisfecho a un sólido Albacete que a un Oviedo que no logró acumular su octava victoria seguida ante su gente.
El Albacete logró su primer gran objetivo en el partido desde el principio: incomodar a su rival. Los azules jugaron ante su espejo, un equipo asentado en una defensa de tres centrales, bien plantado y que pensaba antes en protegerse que en mostrar sus armas. Aridane avisó a los 15 minutos con un cabezazo lejano que hizo responder al Oviedo. Christian tuvo el primer gol en su frente, pero el testarazo se fue por encima del larguero, en un córner. La ocasión más clara del primer tiempo fue visitante: Bela eludió defensas en el alambre de la línea de fondo y centró a Dani Rodríguez, que se encontró con Alfonso.
Al descanso, parecía que Oviedo y Albacete eran tan incómodos para su rival como para el espectador. Al partido le faltaba ritmo, anclado el juego en las segundas jugadas y las disputas.
Asustó Aridane al inicio del segundo acto con un potente chut lejano al que respondió bien Alfonso despejando de puños. Fue un espejismo en una segunda parte de dominio azul, aunque no con muchas ocasiones. Juan Antonio Anquela aceleró la respuesta introduciendo a Toché (pólvora) y Fabbrini (la mecha) en el campo, pero al asunto le faltó continuidad. Berjón protagonizó la última ocasión con un genial recorte y centro sin rematador. El Albacete resistió cada embestida y sonrió con el punto sumado.