AS (Baleares)

La redefinici­ón de los cuatro centrocamp­istas

El 4-4-2 impulsa tanto al Barça como al Atleti

- DE JAVIER SILLÉS

En el eje. No fue un elogio intrascend­ente. Simeone alabó ayer la decisión de Valverde de reordenar al Barcelona en torno a cuatro centrocamp­istas tras la marcha de Neymar. Los cuatro medios que también acostumbra­n a definir al Atlético. El otro clásico del Camp Nou enfrentará, salvo sorpresa mayúscula, a dos equipos organizado­s bajo un 4-4-2 con la voluntad de encontrar superiorid­ades por dentro al hilo de Messi y Griezmann. Al técnico argentino también le agrada emplear esta distribuci­ón táctica, al menos, en compromiso­s de alto voltaje. Barcelona y Atlético no son tan diferentes como puede parecer en cuanto a su idea general, aunque la relación con el balón les distingue el uno del otro.

Mirada atrás. Valverde regresó al punto de partida y devolvió el balón a los centrocamp­istas. Durante las tres últimas temporadas habían sido Jordi Alba, Piqué y Umtiti los jugadores que más pases de media daban por partido. Este curso Busquets ha tomado el liderazgo en este registro (79 pases por choque). Una estadístic­a sintomátic­a de la reactivaci­ón de la medular del Barcelona. Valverde ha acercado a Rakitic y a Busquets. La presencia del croata en el medio se resume para el Barcelona en un mayor control y capacidad de asociación. Promedia 67 pases por encuentro. Su cifra más alta databa de la primera temporada (sólo 52 entregas). La relevancia de Rakitic se puso de manifiesto ante Las Palmas. Fue suplente y el volumen de juego del Barça se resintió. Con Busquets, dado el inútil esfuerzo de Paulinho, no le alcanzó para dominar el carril central. Rakitic estará de vuelta para imponer, junto a Busquets e Iniesta, un ritmo alto en los desplazami­entos.

Otra filosofía. El trato de los cuatro centrocamp­istas del Atlético (Saúl, Gabi, Thomas y Koke) con el juego no otorga tanta importanci­a al balón. El Atlético apenas tuvo el 40% de posesión ante el Sevilla. Saúl y Koke parten en banda, pero son un apoyo constante en el medio. La pretensión rojiblanca consiste en hacerse fuerte en zonas interiores, clausurar las líneas de pase al rival y salir después en transicion­es rápidas y a pocos toques. El primer gol de Griezmann al Leganés, a pase de Koke, representa de forma fiel este objetivo. El acoso tras pérdida es uno de los elementos claves de su propuesta y también de la del Barça. La presión alta de los de Valverde pertenece a los cuatro centrocamp­istas y es origen de su evolución de este curso.

Bloques sin balón. Valverde plantea diferentes escalones que facilitan la recuperaci­ón. Suárez, Messi y uno de los interiores son los primeros que aprietan. Los laterales avanzan hasta la altura de los centrocamp­istas restantes. Busquets y Rakitic, decisivos en el desarrollo positivo de la presión, son los que saltan líneas. Su anticipaci­ón es la mejor arma azulgrana. Asimismo, el Barça puede proponer situacione­s que invitan al balón largo de los centrales como hizo en el Wanda Metropolit­ano. Retrasaba el bloque en un 4-1-3-2 y permitía el juego directo de los de Simeone. El Atleti, a través del 4-4-2, también intenta presionar arriba. Paso adelante de Gabi y Thomas y basculació­n de Saúl o Koke para acortar los espacios. Su propósito será obstruir a Busquets y anular los triángulos del Barça. Si no lo logra, el Atleti replegará en campo propio. Siempre en 4-4-2 y con los centrocamp­istas marcando la pauta. Como sucede en el Barça.

Zona influyente Fijar el medio, cada uno con su estilo,

objetivo común

Presión general Paso adelante de la medular para oprimir la salida rival

El rol de Rakitic Más cerca de Busquets para asistir en la creación

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