Aspas sueña con mantener el órdago europeo en Butarque

Beauvue, Amrabat y Gabriel, bajas

Celta

de Vigo. En Leganés, los gallegos evocan nostalgia dulce. Incluso se podría decir que morriña, de no ser porque Butarque queda más cerca de Despeñaperros que de las Rías Baixas. Allí, en la ría, oteando bateas y soñando goles se crió Iago Aspas, un príncipe del balón con cara de pícaro y zurda de seda afilada que dio, una noche gallega de agosto, la bienvenida al Lega en Primera. De aquel envite tan cercanamente lejano de la temporada pasada no queda mucho. Quizá el recuerdo. Puede que ni eso. Ganó el Lega. Perdió Aspas.

Una y no más, debió pensar el ariete que, esta campaña, al volverse a cruzar con los pepineros, les sometió a su domino. Enrachado tras su hat- trick al Sevilla, famélico de sueños mundialistas, Iago quiere mantener su dictadura y, de paso, liderar las aspiraciones europeas de un Celta que, dice Unzué, se lo cree. Con sus competidores directos luchando esta jornada entre sí, con un calendario de aúpa asomando ( Barça, Valencia, Villarreal, Depor, Madrid…), los celestes olfatean en Butarque una ocasión única de mantener arriba la ambición.

Enfrente, un Leganés zarandeado ayer por su entrenador. Dice Garitano que no le gustan las sensaciones que transmiten los suyos. Que se están dejando llevar. Una llamada al orden sin pólvora para ejecutarla. Amrabat está lesionado y Beauvue, castrado por la cláusula del miedo. Tampoco jugará Gabriel, sancionado. El Lega confiará su puntería a Guerrero. En el Celta vuelve Maxi Gómez y Emre Mor, tras el castigo de su técnico. En el Leganés podría entrar el canterano Salazar.