No, a mí Alonso no me engaña
Madrugada en el aeropuerto de Shanghái, en la eterna fila para facturar las maletas de camino a Dubái me atrapa un periodista italiano. ¿Irás a Le Mans no? Ahora esto de la Resistencia es interesante, eh… ¿Disculpe? Sí, como ahora Alonso va a ganar, pero no, a mí Alonso no me engaña. ¿Perdón? Que sí, sí, que solo hay un coche y va a ganar seguro, diréis que es muy bueno, claro… Menos mal que la cosa avanzaba y pronto pude dejar el equipaje y salir volando de allí. El argumento del colega radicaba en que este año Fernando lo tiene muy fácil para ganar porque forma parte del único equipo de fábrica, el de Toyota. Sí, pero no. Claro que estar con los mejores hace más fáciles las cosas, pero ¿acaso alguien ha quitado algo de mérito a Hamilton por ganar con Mercedes? Por ejemplo…
Así son las carreras. Alonso mereció ganar el Mundial 2012 más que nadie, con un Ferrari mediocre casi gana al ingenio de Newey, mereció llevarse las 500 Millas de Indianápolis a la primera, pero llegó la avería... Ayer ganó. En una especialidad que no es la suya, como si Nadal jugase al pádel. Le falta por aprender, pero tiene talento, coraje y necesita la victoria para vivir. “Dije que ganaría y voy a ganar”, me decía en una entrevista con As en Daytona. Y ha ganado. Sus aficionados sonríen. Ahora Barcelona. ¿Imaginan? Soñemos... A mí Alonso no me engaña, siempre sale a ganar. Siempre.