Barcelona-Logroño: la última Copa de Garabaya
El asturiano de 39 años se retira al final de campaña
Logroño-Barcelona no es una final inédita. Hoy (17:00, M+) se reedita la de la temporada anterior en León, que ganó el Barça, campeón de las cuatro últimas dentro de esa racha que parecía imparable, pero que esta temporada se ha estrellado ante el Granollers y el Guadalajara. Esa es la esperanza que tiene el equipo riojano, que los azulgrana han dado muestras de vulnerabilidad.
Para J.J. González, el entrenador de los riojanos, que durante estos cuatro últimos años ha sido el rival del Barça por definición, “ya es un milagro que el equipo esté en la final”, y repasa la condición física de sus jugadores, y la labor de Rubén Garabaya “que está jugando lesionado”. La de este domingo es la última final del asturiano (39 años), que ha vestido los colores de tres de los mejores equipos del momento (Ademar, Barcelona y Logroño), y es el catalizador moral de sus compañeros.
“Yo creo que el Logroño saldrá muy motivado para ofrecerle esta Copa a la gente que se va al final de la temporada”, comentaba Julián Ruiz, entrenador del Puente Genil, al valorar la final, y en relación a la marcha de González al PSG francés, las retirada de Garabaya y las salidas de Fernández o de Krupa.
Para Xavi Pascual, el entrenador del Barcelona, “los dos equipos más en forma de este momento son el Granollers y el Logroño”, y recuerda las muchas dificultades que siempre han tenido para ganar a los riojanos: “Siempre nos han creado problemas, y en ocasiones han tenido opciones de ganar. Y es seguro que en la final van a ser otra vez un rival muy duro”.
Y Pasqui sentencia: “Si queremos ganar nuestra quinta Copa del Rey consecutiva tenemos que hacer un mejor balonmano del que estamos haciendo. Con el nivel de los últimos partidos lo tendremos muy complicado”.
El Barcelona tiene el récord de Copa: 21 en total, de ellas 18 de Copa del Rey y tres del Generalísimo. El Logroño, ninguna. Una gran diferencia al menos en números. También el Barça tiene más banquillo, y por eso se quejaba González, de que van a jugar casi dos partidos en 24 horas.