BMW G 310 GS la trail para iniciarse
Una propuesta diferente dentro de la marca, fabricada en la India pero con la calidad alemana e ideal para aquéllos que buscan una primera moto con todas las garantías
Cada moto (como cada coche) tiene su público, porque se concibe y diseña en base a criterios que deben satisfacer unas demandas concretas. Podría parecer que una BMW de sólo 313cc y un precio de poco más de 6.000 euros no encaja en el catálogo de esta marca, pero en realidad se trata sólo de entender para quién se ha creado la G 310 GS.
Pese a su denominación, resultaría injusto meter en el mismo saco un producto fabricado en la India con las grandes trail alemanas que la triplican en precio. Se puede caer en la tentación porque la verdad es que la pequeñita recuerda mucho en su diseño a sus hermaEl nas mayores, lo que sin duda es un punto muy a su favor. Las G 310 (existe otra opción de carretera con el nombre de R), tienen una filosofía bien definida: escalón de acceso para nuevos motoristas, alternativa para aquéllos que no quieren o pueden conducir una máquina de tamaño o peso superiores y, muy importante, características adaptadas a clientes de un mercado global.
Con estas premisas, se puede concluir que la 310 GS es una moto convincente para costar 6.050 euros luciendo en el depósito un logotipo del prestigio de BMW. Porque la calidad que ofrece no es la habitual de la casa pero sí cumple con estándares más que aceptables, superiores incluso a los de otros modelos de precio equiparable.
motor de un solo cilindros entrega 34 CV de potencia, que son suficientes para la ciudad e incluso para circular por carretera a buen ritmo. Bien es verdad que su respuesta es poco elástica y el tacto del cambio algo tosco, aunque no se trata de inconvenientes tan serios como para impedir disfrutar de un brío convincente para quienes se inicien.
En marcha es una moto ligera y ágil, que frena en consonancia con sus prestaciones e incluso permite, gracias al recorrido de las suspensiones, incursiones de cierta entidad fuera del asfalto. Si a ello se suma que gasta poquísima gasolina, el resultado en un vehículo práctico, divertido y de enorme polivalencia. ¿Se puede pedir más? Sí, pero pagando también más...