La magia está de vuelta

Esta Selección vuelve a tener aquella magia que nos hizo subir al podio de 2012 a 2014, aquella mezcla de veteranía y juventud que nos convertía en un equipo perfecto. Una simbiosis que nos hizo escalar a la cima en Barcelona en 2013 y que ahora puede repetirse. Todas las jugadoras tienen claro su rol, el equipo está consolidado y ahora las jóvenes de entonces son la fuente de inspiración de las que vienen por abajo. Han transmitido esa fuerza y llevan ese peso. La clave de un equipo, al final, radica en que las nuevas generaciones se integren rápidamente.

Mis excompañeras me ponen la piel de gallina. Ahora lo veo desde otra perspectiva, pero me siento como que he sumado. Al fin y al cabo, estuve ahí varios años y participé en los próximos éxitos. Ahora las abrazo cuando pasan por el set de televisión, sobre todo a las que tengo más afecto. Y les doy mis ánimos para ganar estas semifinales. Grecia no lo pondrá fácil.

Las griegas tienen un ritmo lento, pero se conocen muchísimo. Se han entrenado con España, así que no hay nada que nos pueda sorprender. España debería tener un ritmo alto desde el comienzo, que eso a ellas les costará, y así será muy difícil que se escape otra final. Ya sería la quinta en seis años, todo un logro. La magia ha vuelto a las Picornell.