Un año ya sin mi amigo Ángel Nieto
“Su gran virtud, la perseverancia”
Ha pasado un año. Y aunque digan que el tiempo hace el olvido, continúa en mi memoria. No puedo olvidar aquellas palabras de Belinda, su compañera: “Se nos va, Tomás”.w
Recordándolo, se humedecen mis mejillas. Han sido muchos años de convivencia y casi sesenta de amistad.
Cuando me llamó Jesús
Balseiro solicitando este comentario, no lo dudé. Era para mi periódico,
As. Durante más de treinta años escribí, en estas páginas, las mejores etapas deportivas de nuestro querido Ángel, mi amigo. Jesús, mejor que nadie, sabe lo que me costó escribir el comentario tras su muerte. Fue en el tanatorio de Ibiza.
Quería grabarme, pero empecé a teclear en su ordenador. Lo recuerdo perfectamente.
Como no puedo olvidar el día que conocí a aquel chaval de 12 años que todos los días se apostaba en mi tienda-taller. “Quiero ser corredor de motos”, insistía. Esta era su mejor virtud, la perseverancia. “Para ser un buen piloto hay que empezar desde abajo. Coge la escoba y ponte a barrer”, le dije. Le hice su primera moto. Le ayude a entrar en Derbi. Le apoyé y critiqué en el resto de su vida deportiva.
Ángel, al que apodamos ‘El Niño’ (decoramos su primer casco con un chupete), conseguía siempre su objetivo. Tenía el encanto de los número uno. Veo a Márquez y me recuerda mucho a él.
Fueron tantos momentos agradables… Victorias en Assen, Brno, Spa. Su prueba en un monoplaza de F2. No puedo olvidar aquel 14 de septiembre de 1969, cuando logró su primer título mundial. En Opatija (Yugoslavia). A punto estuvo Santiago Herrero de conquistar el título de 250cc. Allí estábamos.
Siempre estará en mi mente el 3 de agosto del 2017, cuando los médicos, a las 4 de la tarde, nos informaban de que nada podía hacerse. Descanse en paz, el más grande. Qué pena que nos dejara así. Siempre en el recuerdo.
Inicios “No puedo olvidar el día que conocí a aquel chaval de 12 años en mi taller”