El chileno, creciente antimadridista y ‘azote’ de Messi

■ Se podría decir que Arturo Vidal juega como vive, al límite. Sólo un futbolista tan excesivo puede a la vez ser regañado y perdonado por su país después de poner patas arriba la Copa América de 2015 de la que Chile

era anfitrión cuando estrelló su Ferrari de vuelta a la concentración. Su caso se convirtió en un asunto de estado y la presidenta Bachelet preguntó a Sampaoli

qué decisión tomaría. Vidal, después de dar una terrible rueda de prensa en la que pidió perdón entre lágrimas (“me da vergüenza hasta hablar, les fallé a todos”), ganó el torneo pero reincidió. Le acusaron de ser un habitual de Casino Monticello

y de pagar incluso por hacer desaparecer las cintas donde se grababan sus peleas. En Alemania, la fiscalía de Múnich lo tiene denunciado desde la primavera de 2018 por golpes y lesiones en un incidente en una discoteca.

Vidal, que en 468 partidos sólo ha sido expulsado cinco veces, está en muchos líos pero también es un ganador: 13 títulos, le falta la Champions. Perdió una final con la Juve ante el Barça. Ese día frió a Iniesta

a patadas y vio una amarilla. El Madrid le ha frustrado su sueño dos veces. En 2017 habló de “robo” después de ser expulsado por Kassai. Se ha atrevido hasta con Messi. Dijo que Argentina jugaba mejor sin él (“presionan más”) y bromeó con las victorias de Chile en dos finales ante Argentina: “Igual me ha cogido miedo”. También es un jugador comprometido socialmente. Su hijo Alonso es diabético y en 2016 empezó una campaña para que el uso de la bomba de insulina fuese incorporado al fondo de enfermedades de alto coste. ‘King’ Arturo también lo consiguió.