España acarició una final histórica y aspira al bronce
Cayeron en penaltis con Irlanda y hoy llega Australia
Se acabó el sueño, a las puertas de una gloria inesperada. La Selección española femenina cayó ayer en las semifinales del Mundial de Londres ante Irlanda en la tanda de penaltis (3-2) tras empatar 1-1 durante los 60 minutos. Apenas transcurrían dos y medio de partido cuando las irlandesas tuvieron el primer penalti-córner. Anna O’Flanagan recogió el rebote de la parada de María Ángeles Ruiz para adelantarse en el marcador.
Tras el gol, las de Lock encendieron las alarmas y con el paso de los minutos supieron recuperar las sensaciones y el estilo de juego mostrado durante todo el Mundial. El tanto se hizo esperar hasta el minuto 10 del tercer cuarto cuando Alicia Magaz aprovechó un gran pase de Berta Bonastre al segundo palo.
El empate no se volvió a mover del marcador, el puesto en la final se jugaría en los shoot-outs. Tras empatar a dos con los cinco penaltis, la tanda se decidiría en la muerte súbita. La capitana española falló y Gillian Pinder anotó por segunda vez en la tanda e hizo el 3-2 definitivo. España estaba fuera. Pese a la derrota, las de Adrian Lock no tendrán tiempo para lamentaciones. Gigi Oliva, capitana de las RedSticks, aseguró tras el partido que a la derrota frente a Irlanda le iban a dedicar poco tiempo: “Ahora vamos al vestuario y podemos lamentarnos diez minutos más pero hay que pensar en Australia. Pasamos página, tenemos que ir a por esa medalla. Esto no acaba aquí”.
Hoy se jugarán, a partir de las 15:00, el poder conseguir la primera medalla de la historia en un Mundial. El rival será Australia, que cayó ante Holanda. En enero, disputaron cuatro partidos amistosos, tres de ellos acabaron en empate y uno con victoria australiana. El poderío australiano es indudable, pero el gran Mundial que han hecho las RedSticks merece acabar con una medalla.