AS (Baleares)

Khabib enloqueció tras acabar con McGregor

Ganó por sumisión en el cuarto round y agredió al equipo del irlandés

- ÁLVARO CARRERA

N i el mejor guionista hubiese ideado un final tan rocamboles­co para el combate más esperado de 2018 en la UFC. Conor McGregor regresaba tras casi dos años, y lo hacía contra el mayor dominador de la compañía. Nadie había inquietado a Khabib Nurmagomed­ov. El irlandés, tampoco. El ruso retuvo el cinturón del ligero con maestría. Debería ser recordado por eso, pero todo lo bueno lo emborronó después. Sometió a McGregor, saltó la jaula y pegó al equipo rival. Bochornoso. No entró en ninguna provocació­n previa (tampoco en el momento en el que Conor atacó el autobús en el que viajaba en abril)... y lo hizo en el momento menos oportuno, cuando tenía que disfrutar de su trono.

Khabib ganó con solvencia. Salió a moverse y en cuanto pudo llevó la pelea a su terreno, los agarres. Treinta segundos tardó en el primer round. Metió presión al irlandés y ahí se vio que la pelea llevaba un único camino. Restaba aire y esperaba. Trabajo de demolición. En el segundo asalto le dejó un poco más de chance a McGregor, que siempre estaba fuera de distancia y al quedarse mal posicionad­o casi fue noqueado con una derecha. Resistió, pero llegó el vendaval.

En el suelo, con sus puños, el campeón arrasó al aspirante. Cambió de tercio en el tercero. Khabib peleó de pie para buscar fisuras y acabó contra el octágono. La misma estrategia usó en el cuarto periodo, y ahí resultó letal. McGregor cada vez estaba más cansado y Nurmagomed­ov fue ganándole terreno hasta que cerró con un mataleón. Ahí acabó lo deportivo y arrancó lo sonrojante. El árbitro separó a Khabib, que quería volver a pegar a su adversario. Evitó un incendio el referí, pero no pudo hacer más. El ruso se encaró con la esquina de McGregor. Se marchó a por ellos, saltó la jaula y se lió a golpes, formando una tángana descomunal. Mientras, tres miembros de su grupo se fueron a por McGregor. Perdieron la cabeza tras tanta provocació­n y pasaron la factura en la peor situación. Investigac­ión. Dana White, presidente de la UFC, envió a ambos al vestuario y no entregó el cinturón “por seguridad”. No quería más tumulto. Ahora, la Comisión Atlética de Nevada investiga el incidente y tiene retenidos los dos millones de la bolsa del ruso, que mostró arrepentim­iento… aunque el acto será recordado siempre. De la fiesta, a la vergüenza en Las Vegas.

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